La tarea no era, a priori, nada fácil. Tras el éxito
arrollador que supuso El Caballero Oscuro,
Christopher Nolan tenía que andarse con ojo para no decepcionar a los acérrimos
fans del Hombre Murciélago. Y en la modesta opinión de este cinéfilo que rara
vez ha tenido un cómic entre sus manos (el simple hecho de admitirlo hace que
me sonroje), Nolan puede darse por satisfecho. Con esta tercera entrega se
cierra la saga iniciada con Batman Begins
y se demuestra que las películas de superhéroes pueden ser mucho más que un
mero entretenimiento visual.
Lo que más me ha gustado de El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace es algo que, probablemente,
haya disgustado a muchos. Estamos ante un film coral en el que Batman
(Christian Bale) no es el protagonista absoluto; el atormentado Bruce Wayne
aparece en pantalla menos de lo que nos tiene acostumbrados. Así, podemos
disfrutar más de las nuevas y acertadísimas incorporaciones, con mención especial
para Anne Hathaway y Tom Hardy. La primera deja atrás definitivamente el
universo de princesas made in Disney que la dio a conocer para embutirse el
ceñido traje de látex de una Catwoman más realista que la mostrada en
anteriores versiones (eso sí, para mí la Pfeiffer siempre será la Pfeiffer), mientras
que Hardy interpreta a un villano todoterreno y se revela como uno de los
actores más prometedores de su generación. Hardy y otros dos de los nuevos
rostros (Joseph Gordon-Levitt y Marion Cotillard) de El Caballero Oscuro. La leyenda renace ya trabajaron a las órdenes de Nolan en Inception (Origen). Los grandes –que hagan lo que
hagan siempre lo serán- Gary Oldman, Michael Caine y Morgan Freeman completan
el envidiable elenco.
Las escenas de acción son perfectas, al igual que la
fotografía, la dirección artístisca y todos los aspectos técnicos del film.
Sinceramente, no se me ocurre ningún "pero" al respecto.
A pesar de su metraje (más de dos horas y media) no se me ha
hecho para nada pesada, pero el argumento no me ha gustado demasiado. Los
golpes de efecto continuos y las “sorpresas” finales, algunos diálogos un tanto
surrealistas (sí, sí, en esto último puede llevarse parte de culpa el doblaje),
ciertos personajes carentes de carisma (como el de Cotillard)… Aunque tal vez
la explicación sea mucho más sencilla que todo eso: estoy algo mayor para el
cine de superhéroes. Me he cansado de la Batcueva, el Batmóvil y todas aquellas
palabras que empiezan por “Bat”. Sí, ya lo he dicho. Y ahora es cuando este
blog pierde los pocos adeptos que le quedan. P.D. He de admitir que El Caballero Oscuro me parece una de las mejores películas estadounidenses de los últimos años y que la interpretación del Joker de Heath Ledger es insuperable.