viernes, 14 de octubre de 2011

El hombre de al lado, cine argentino de calidad


Un sinfín de pequeñas tragedias pueden arruinar la que prometía ser una placentera jornada cinematográfica: que un hombre altísimo se siente delante de ti, que las palomitas contengan bastante más sal de la deseada, que tu acompañante sufra continuos ataques de tos, que tengas que colocarte las abominables gafas de 3D sobre tus gafas graduadas (¿?)… Pero, para mí, la tragedia más grande (cuando estoy en una sala de cine, claro) es no poder disfrutar de los tráilers, que a menudo son mejores que las propias películas de las que derivan. Son mi “guilty pleasure”. Pues bien, con un divertido -y pelín marciano- tráiler descubrí hace un par de meses la cinta argentina El hombre de al lado. Ganadora de multitud de premios internacionales y nominada al Goya como Mejor película extranjera de habla hispana, el film de Mariano Cohn y Gastón Duprat tenía todas las papeletas para ser de mi agrado.
La historia sobre la que se sustenta es aparentemente sencilla y pone de manifiesto, una vez más, que el ingenio vale más que un presupuesto millonario. Leonardo, un reputado y sofisticado arquitecto, que habla idiomas y lleva gafas de pasta de marca descubre que Víctor, el rudo hombre que vive en la casa contigua, quiere construir una ventana en la pared medianera. Este hecho provoca desavenencias entre ellos, así como incontables situaciones hilarantes. También aparecen en escena la estirada mujer y la poco cariñosa hija de Leonardo.

Uno de los grandes pilares de la película es la diferencia de caracteres de los dos personajes centrales, completamente antagónicos. Visualmente atractiva, El hombre de al lado fue rodada íntegramente en la casa Curutchet de La Plata, realizada por Le Corbusier. La verdad es que tanto el exterior como el interior de la misma han despertado en mi envidia más bien insana.
He de reconocer que El hombre de al lado me ha gustado, aunque me he reído menos de lo que esperaba tras el visionado del tráiler promocional. Se trata de una cinta simpática y entretenida que discurre entre la comedia negra y el drama e incluye moraleja final. La labor de los intérpretes también es digna de elogio, al igual que el guión, sencillo a la par que efectivo.

Es una auténtica lástima que el cine argentino no se promocione más en el extranjero y nos perdamos pequeñas películas como ésta entre tanto blockbuster, remake, precuela y secuela.


Al fin y al cabo, que el envoltorio brille más no quiere decir que el regalo vaya a ser mejor. Y en este caso, no existen grandes lazos ni tan siquiera una hortera tarjeta musical… existe ingenio.

lunes, 3 de octubre de 2011

El árbol de la vida, inclasificable

Un amigo se dispone a contarte un chiste. “Es buenísimo”, te dice. A ti te gustaría haberlo entendido y haberte reído, pero no ha podido ser. Se te queda esa típica cara de atontado y no sabes si fingir (y de paso, reírte como si te fuera la vida en ello) o admitir que realmente no has captado ese chiste tan supuestamente maravilloso. Así me sentí con El árbol de la vida de Terrence Malick, ganadora de la Palma de Oro en Cannes. Sabía que no iba a encontrarme una película fácil y sin pretensiones; más bien, lo contrario. Para algo está tras la cámara Terrence Malick, un auténtico enigma conocido por sus excentricidades y que en tres décadas tan sólo ha dirigido cinco largometrajes.

El árbol de la vida es realmente inclasificable, poética y muy “new age”. La historia de una familia típicamente americana (formada por Brad Pitt, Jessica Chastain y sus tres hijos) se combina con la del mundo (desde su nacimiento hasta su destrucción), incluyendo el Big Bang, los dinosaurios y el cielo. Todo muy abstracto, dotado de una factura técnica impecable y estéticamente perfecto. Las imágenes son muy bellas, tal y como dijo una de las personas que me acompañaba en la sala: “parecen el salvapantallas de mi ordenador”. Su excesivo metraje (¡el montaje inicial era de cuatro horas!) la hace difícil de digerir, aunque, eso sí, es imposible que deje indiferente a nadie. Al final de la proyección se escuchó algún que otro aplauso en la sala… ¿Les pareció una obra maestra? ¿Aplaudían porque para ellos ya terminó el calvario? Nunca lo sabré. Como cinéfilo he de decir que me suelen agradar las películas poco convencionales, pero en esta ocasión me ha sobrado enjundia. Hubiera disfrutado con una historia más ortodoxa y menos profunda, centrada en esa familia de Texas de los 50, con padre autoritario (Pitt), madre dulce (Chastain) y tres hijos. No es para nada “cool” admitir que, por una vez, me hubiera gustado que todo estuviera más mascado.

Y por cierto, que se publicite a Sean Penn como co-protagonista... Parece que la mayoría de sus escenas quedaron en la sala de montajes, para desgracia de los fans de este “monstruo” de la interpretación.

El árbol de la vida es una obra poética que despierta reacciones diametralmente opuestas entre los espectadores. Los 138 minutos cinematográficos más maravillosos para algunos, los más tediosos para otros. No es difícil de adivinar entre cuáles me encuentro yo.

domingo, 4 de septiembre de 2011

La boda de mi mejor amiga, una grata sorpresa



Imaginemos a una pareja con ganas de arrumacos en la oscuridad de una sala de cine. Le toca elegir a ella y se decanta por La boda de mi mejor amiga. Él se echa a temblar esperando una sobredosis de azúcar. Pues no. Por su título podía haber sido una comedia romántica más, llena de clichés y gente irritantemente guapa, pero La boda de mi mejor amiga no es así. Estamos ante una comedia romántica gamberra producida por el sello del omnipresente Judd Apatow, con un espléndido elenco femenino y grandes dosis de humor grueso, apta para ellas y ellos.
A Annie (Kristen Wiig), una soltera de treinta y tantos, todo le va mal: después de fracasar su pastelería debe trabajar como dependienta en una joyería de segunda, comparte piso con unos hermanos la mar de “freakys” y tiene como “follamigo” a un hombre (Jon Hamm) que rehúye el compromiso. Un buen día, su mejor amiga Lillian (Maya Rudolph) le dice que se va a casar y que ella será una de las damas de honor. Poco después, Annie conocerá al resto de afortunadas: la nueva e hiperpija mejor amiga de Lillian (Rose Byrne), la hermana del futuro marido (Melissa McCarthy), la prima de la novia (Wendi McLendon-Covey) y la puritana Becca (Ellie Kemper). Los preparativos de la despedida de soltera y la boda centran la desternillante trama.
La boda de mi mejor amiga es realmente divertida. Su protagonista y co-guionista, Kristen Wiig (conocida en EE.UU. por su trabajo en el programa Saturday Night Live) es todo un descubrimiento y se revela en el film como una actriz cómica de tomo y lomo. Ella es quien lleva la mayor parte del peso de la película y encadena un gag tras otro sin perder fuelle. Hace que sintamos verdadera lástima por su personaje, que no da pie con bola. La guapa Rose Byrne (vista en la serie Daños y prejuicios y películas como Troya o Adam) resulta muy convincente como una pija redomada a la que cualquiera querría lanzar un objeto punzante a la cara, y el personaje de Melissa McCarthy (Sookie de Las chicas Gilmore) es demasiado soez. En el reparto también encontramos a Jon Hamm (el súper carismático Don Draper de Mad Men) o a la veterana Jill Clayburgh, fallecida antes del estreno de la película.
Escenas antológicas (por ejemplo, aquella en la que la protagonista intenta atraer la atención del policía con su coche) se combinan con otras que se pasan de escatológicas (las pruebas del vestido de boda). Aunque, seamos francos, probablemente sean estas últimas las que la mayoría de espectadores recuerden. Y si hemos de buscarle pequeñas pegas al film, podríamos decir que el “happy end” –con actuación de las Wilson Phillips incluida- no está a la altura del resto del metraje, y que en los últimos cinco minutos parece que estemos viendo una “rom com” (así llaman los estadounidenses a las comedias románticas) cualquiera. En mi opinión, un final con mala uva hubiera quedado mucho mejor…


Tal vez no pase a la historia del cine ni acumule prestigiosos premios, pero La boda de mi mejor amiga equivale a una buena sesión de risoterapia colectiva de dos horas. Y eso, es mucho.

martes, 16 de agosto de 2011

Capitán América, el (rutinario) inicio de una saga


Si el Capitán América ha venido a salvarnos del tedio estival, sólo lo ha conseguido a medias, al menos en mi caso. Tras leer la mayoría de críticas positivas y alabanzas hacia el film de Joe Johnston, esperaba algo más. Vale, no hay que ser demasiado exigente con este tipo de cine cuyo principal objetivo es entretener al personal, recaudar millones a mansalva y, de paso, volver a vender muñequitos articulados del héroe de turno. Aunque es innegable que la dirección de Johnston (Parque Jurásico III) es encomiable, al igual que la excepcional ambientación y los efectos especiales, diría que a Capitán América: el primer vengador le falta algo de chicha. Era un actor joven de relativo éxito (Los 4 Fantásticos, Cellular), pero gracias a Capitán América, sus futuras secuelas y The Avengers Chris Evans pasa a engrosar, desde ya, la lista de stars hollywoodienses del momento. Evans encarna a Steve Rogers, un mozo bastante famélico cuyo mayor deseo es alistarse en el ejército para luchar contra los nazis. Impresionado por la valentía del muchacho, un científico lo elige para un experimento que lo convierte en “supersoldado”. Rogers aumenta su musculatura y su -hasta ese momento escasa- fuerza en un santiamén (¡si fuera tan fácil!). Aunque en un principio el Capitán América no es más que un títere propagandístico, pronto decide enfrentarse al poderoso agente nazi Johann Schmidt (también conocido como Cráneo Rojo e interpretado por Hugo Weaving). Como en toda historia de superhéroes que se precie, no podían faltar la chica guapa (Hayley Atwell) y el leal mejor amigo (Sebastian Stan).

Capitán América no ha resultado tan trepidante como cabría esperar y el proceso de transformación del protagonista se dilata demasiado. Evans le pone ganas, pero no dota de carisma suficiente a su patriótico personaje (al fin y al cabo, no es Robert Downey Jr. ni Christian Bale) y el malo de Hugo Weaving (Matrix) tampoco me ha convencido. Y eso que el australiano es un actor como la copa de un pino, pero… Tommy Lee Jones no defrauda y la bella Hayley Atwell (Los pilares de la Tierra, Cassandra’s Dream) da un paso de gigante en Hollywood con esta película. Como curiosidad, aparece en un breve rol Nathalie Dormer, la arribista Ana Bolena de Los Tudor.
Al margen de la estupenda factura y demás aspectos técnicos, me ha encantado y sorprendido el impactante final, que por supuesto, no desvelaré. Podría decirse que en esta primera película nos presentan al héroe americano por excelencia, que ya tendrá tiempo de repartir mamporros y regalarnos escenas de acción con más enjundia en los siguientes largometrajes.


Capitán América: el primer vengador es un blockbuster veraniego que, aunque no cambiará la vida a nadie, merece ser visionado en pantalla grande, a poder ser acompañado de un gran arsenal de chucherías y un bajo nivel de exigencia.

Y ojo, porque al final de los créditos viene el tráiler de The Avengers, que reunirá a la crème de la crème de los héroes de la Marvel: Iron Man, Capitán América, Thor y Hulk.


miércoles, 10 de agosto de 2011

Bad Teacher… not good film




Todos hemos tenido malos profesores. Aquel que nos hizo perder la fe en las matemáticas y amar la calculadora por encima de todas las cosas, el que nos chillaba “¡venga aún puedes dar una vuelta más a la pista!” cuando apenas podíamos mantenernos en pie, la profesora de inglés con acento postizo y pronunciación más que dudosa… En Bad Teacher Cameron Díaz encarna a una sexy profesora que poco tiene que ver con la mayoría de los educadores que hemos visto en la gran pantalla. Una mujer desastrosa que después de que su adinerado marido la abandone estará dispuesta a todo con tal de conseguir el dinero para operarse los pechos. Roba, va con resaca a clase, insulta a los alumnos, fuma maría, utiliza películas como base pedagógica… Pero, como estamos en Hollywood, resulta que, al final, la moza tiene buen corazón y todo.

Muchas veces el tráiler es más divertido que la película. Precisamente eso es lo que ocurre con Bad Teacher. Por el tráiler parece que uno no va a parar de reírse durante todo el metraje… pero no. Puede que haya esbozado alguna ligera sonrisa viéndola, poco más. Aunque tenga un par de gags logrados y la Diaz ponga -literalmente- toda la carne en el asador (el momento del lavacoches parece inspirado en un libidinoso videoclip de Jessica Simpson), Bad Teacher no me ha hecho pasarlo demasiado bien.

En mi opinión, la premisa inicial prometía algo más, pero los guionistas no han sabido sacar jugo a una historia que, sin ser nada del otro jueves, podría haber sido moderadamente divertida y entretenida. Y los personajes, aparte de estereotipados, son muy poco realistas. Todavía no me explico por qué aceptó el papel Justin Timberlake (por cierto, ex de la Diaz) o lo poco que se luce el habitualmente gracioso Jason Segel (Cómo conocí a vuestra madre). Destacaría positivamente la interpretación de la semidesconocida Lucy Punch (vista en Conocerás al hombre de tus sueños de Woody Allen), como la típica profesora sabionda y puritana.


Lamentablemente, he de admitir que he visto muchísimas supuestas comedias con menos gracia que Bad Teacher. Seguro que el próximo trabajo de Jake Kasdan, la serie New Girl -que protagonizará la omnipresente Zooey Deschanel- me gusta más. Para algo es hijo del gran Lawrence Kasdan, guionista de clásicos como En busca del arca perdida o El imperio contraataca.

lunes, 4 de julio de 2011

Los más aventajados de la clase

No hace falta tener poderes adivinatorios para presagiar que estos jóvenes dejarán huella en Hollywood. Quién sabe, puede que incluso sean los sucesores de talentos ya consagrados como Scarlett Johansson, James Franco, Rachel McAdams, Jake Gyllenhaal, Anne Hathaway

1. Henry Cavill Inicios. El mozalbete comenzó su carrera con papeles más o menos importantes en películas como El Conde de Monte Cristo, El castillo soñado o Tristán+Isolda. Estuvo a punto de interpretar los papeles de Robert Pattinson en Harry Potter y el cáliz de fuego y la saga Crepúsculo. De hecho, la autora de los famosísimos libros vampíricos llegó a confesar que Cavill era su favorito para encarnar el rol de Edward Cullen. También fue un firme candidato a interpretar al mismísimo James Bond en Casino Royale, pero su juventud jugó en su contra.

Progresa adecuadamente. En 2007 saltó a la fama televisiva gracias a la serie Los Tudor, una de mis series favoritas de los últimos tiempos. Lo vimos como secundario en la película Stardust y trabajó a las ordenes de Joel Schumacher y Woody Allen en Blood Creek y Si la cosa funciona, respectivamente. También fue imagen de la casa Dunhill.
Sobresaliente. Cavill se convertirá en el próximo chico de oro de Hollywood. Se pondrá en la piel de Teseo en la esperada The Inmortals y vestirá la capa y los gallumbos más horteras de la historia cinematográfica en una nueva entrega de Superman. También trabajará con Bruce Willis en The Cold Light of Day, film rodado en Alicante.

2. Mila Kunis Inicios. Se estrenó en la pequeña pantalla siendo una chiquilla. Encadenó roles en series emblemáticas de los noventa como Los vigilantes de la playa en Hawai, Infelices para siempre y Siete en el Paraíso. Interpretó a Angelina Jolie de niña en el telefilm Gia.
Progresa adecuadamente. Los televidentes la conocieron gracias su papel protagonista en la comedia Aquellos maravillosos 70, que permaneció en antena ocho años y lanzó a Ashton Kutcher. Además, también presta su voz a Meg Griffin en la célebre serie animada Padre de familia. Kunis fue protagonista de la secuela de American Psycho, estrenada directamente en DVD. Poco a poco se fue haciendo un hueco en el cine, y hemos podido disfrutar de su belleza en la infravalorada comedia Paso de ti y las cintas de acción Max Payne y El libro de Eli, junto a Mark Wahlberg y Denzel Washington, respectivamente.
Sobresaliente. Cisne negro ha supuesto un punto de inflexión en la carrera de Kunis. Sí, la Portman se llevó un merecidísimo Oscar, pero la chica que nos ocupa también obtuvo numerosos reconocimientos, como una nominación a los Globos de Oro y un premio a la Mejor Actriz Joven en el Festival de Venecia. Próximamente la veremos en la comedia romántica Amigos con derecho a roce en la que comparte protagonismo con Justin Timberlake y uno de sus proyectos más destacados es la precuela de El Mago de Oz, con James Franco y Rachel Weisz.


3. Josh Hutcherson Inicios. A pesar de su juventud, Hutcherson es dueño de una extensa filmografía. Sus primeros papeles incluyen multitud de telefilmes, un papel en la película American Splendor y apariciones esporádicas en series como Urgencias.
Progresa adecuadamente. El chaval no le tiene ningún miedo al cine. Fue el protagonista de Polar Express junto a Tom Hanks y se especializó en películas para todos los públicos como Un entrenador genial, Pequeño Manhattan, Zathura una aventura espacial (junto a Tim Robbins y Kristen Stewart), ¡Vaya vacaciones! o la reivindicable Un puente hacia Terabithia. En 2008 co-protagonizó junto a Brendan Fraser la cinta de aventuras Viaje al centro de la Tierra, que le dio popularidad entre las quinceañeras yanquis. También protagonizó El circo de los extraños.

Sobresaliente. Más allá de ser un ídolo juvenil, ha demostrado que puede convertirse en un intérprete solvente como hijo adolescente de Annette Bening y Julianne Moore en Los chicos están bien. Tiene en cartera un montón de proyectos, entre los que destacan la secuela de Viaje al centro de la Tierra (junto a Dwayne Johnson) y la esperada adaptación de Los juegos del hambre, que promete convertirse en todo un fenómeno internacional.

4. Emma Stone
Inicios. La prometedora Stone se inició en el show-business con pequeños papeles en series televisivas y consiguió un rol fijo en la prematuramente cancelada Drive, protagonizada por Nathan Fillion (pre-Castle). Fue firme candidata a interpretar el rol de la animadora Claire en la serie de culto Héroes, que finalmente consiguió Hayden Panettiere.
Progresa adecuadamente. Debutó en el cine con la comedia Supersalidos. La chica no se durmió en los laureles y la vimos en Un rockero de pelotas, como una jovencita poco popular en Una conejita en el campus, Bienvenidos a Zombieland o la divertida Los fantasmas de mis exnovias, en la que interpretó a la novia de Matthew McConaughey en la adolescencia.
Sobresaliente. Su primer film como protagonista absoluta, Rumores y mentiras, le dio prestigio como intérprete e incluso llegó a estar nominada a un Globo de Oro como Mejor Actriz de Comedia. A la chica no le faltará el pan en un futuro próximo: se pondrá en la piel de Gwen en la próxima entrega de Spider Man y la veremos en The Help, Crazy, Stupid, Love con Steve Carrell y Amigos con derecho a roce.

miércoles, 22 de junio de 2011

Pequeñas mentiras sin importancia, cine francés y del bueno

Pequeñas mentiras sin importancia lo tiene todo. Te hace reír, llorar e incluso pensar. A priori, que el metraje de una película supere las dos horas es, cuanto menos, peligroso. Cuando las luces se encienden, el aire acondicionado cesa y el acomodador te invita a dejar la sala llega el momento de hacer balance: ¿ha merecido la pena o realmente he perdido más de dos horas de mi vida? En este caso diré que la elección fue totalmente acertada. Para empezar reconoceré que las películas generacionales siempre suelen ser de mi agrado. Pequeñas mentiras sin importancia bebe de filmes emblemáticos como Reencuentro de Lawrence Kasdan, Beautiful Girls de Ted Demme o Los amigos de Peter de Kenneth Brannagh, sólo que con un toque “à la française”.

Cada año, un grupo de amigos se reúne para pasar unos días en la casa de la playa de Max (François Cluzet), el dueño de un exitoso restaurante, y su mujer Véro (Valérie Bonneton). Pocos días antes de iniciar las vacaciones, Ludo (Jean Dujardin), uno de los integrantes del grupo, sufre un grave accidente de tráfico que lo deja postrado en una cama. Aún así, sus amigos deciden seguir adelante con su idílico viaje. Allí se destaparán esas “pequeñas mentiras sin importancia” que existen en todo grupo de amigos.
El tercer largometraje como realizador de Guilaume Canet (pareja en la vida real de Marion Cotillard, una de las protagonistas) camina con paso firme, y sin tropezar, entre la comedia y el drama. Destacaría el impactante comienzo y algunos momentos desternillantes, como la sorprendente confesión de Vincent (Benoît Magimel) a Max, Antoine (Laurent Lafitte) con sus SMS o Max y su obsesión por las comadrejas -y por todo en general-. El emotivo speech final de Jean-Louis (Joël Dupuch) da qué pensar y no deja impasible a nadie. Por si esto fuera poco, el buen rollo existente entre los intérpretes en la vida real se refleja en pantalla. Los actores están todos en su sitio, destacando al histriónico François Cluzet y a la últimamente omnipresente Marion Cotillard, que no está tan dulce como en Midnight in Paris. Los personajes están muy bien desarrollados, especialmente los masculinos.

Aunque algunos críticos la han calificado de excesiva, la selección musical, compuesta en su mayoría por antiguos hits que todos conocemos, me ha parecido realmente acertada. Tenemos un ecléctico mix de canciones que incluye temas de Anthony and the Johnsons, Bonnie Tyler, David Bowie o Nina Simone. Lo que menos me ha gustado es el desenlace, excesivamente lacrimógeno para mi gusto, teniendo en cuenta que últimamente mi umbral de la sensibilidad no es muy elevado que digamos.

Con todo, diría que Pequeñas mentiras sin importancia es una película a reivindicar que no olvidaré fácilmente.

domingo, 19 de junio de 2011

Hanna: thriller+cine de autor+cuento+videoclip

Resulta francamente difícil definir la película Hanna. Tal vez la calificaría como un oscuro cuento de hadas moderno, con toques de la saga Bourne y aire videoclipero. Uno de esos filmes extraños que suelen recibir el aplauso de la crítica y provocan reacciones diametralmente opuestas entre los espectadores. Debo admitir que a mí no me gustó demasiado, probablemente esperaba mucho de ella; la encontré un tanto pretenciosa, carente de ritmo y a medio camino de todo.

Nos quedaríamos cortos si dijéramos que Hanna (Saoirse Ronan) no se corresponde con el prototipo de chica adolescente actual. Criada en una aislada cabaña de Finlandia por su padre (Eric Bana), ex agente de la CIA, ha sido entrenada para defenderse de los “malos”, especialmente de Marissa Wiegler (Cate Blanchett), una agente de la CIA que, definitivamente, no es trigo limpio. En su huída hacia Berlín, Hanna visitará rincones tan dispares como el desierto africano o Andalucía.

Todo el film se centra en la persecución a Hanna. Desde luego, la muchacha es lista a rabiar y posee más fuerza y maña que muchos mamporreros oficiales de la gran pantalla. La jovencísima Saoirse Ronan borda su papel y me atrevería a presagiar que en un futuro no demasiado lejano será una de las actrices más prestigiosas del celuloide. Eric Bana y Cate Blanchett también cumplen (lo que, por otro lado, no es ninguna sorpresa), aunque el personaje de la australiana sea realmente detestable. Pensándolo bien, Hanna tenía todos los ingredientes para ser de mi agrado: actores solventes, un director (Joe Wright) interesante, una premisa inicial original, escenas de acción perfectamente coreografiadas, una estética cuidada al milímetro… Entonces, ¿qué ha podido fallar? Tal vez la culpa fuera mía y estuviera más preocupado de que no se me cayera ninguna chuchería (quien dice chuchería dice “Chaskys”, “Jumpers”, etc) al suelo que de la intensa vida de la protagonista. Probablemente un segundo visionado me sacaría de dudas.

lunes, 16 de mayo de 2011

Yo también quiero pasar "Medianoche en París"

Esos títulos de crédito sobre fondo negro, los nombres de los intérpretes ordenados alfabéticamente y como acompañamiento, exquisita música jazz. Cualquier buen cinéfilo lo sabría: estamos ante una película del gran Woody Allen. He de admitir que he visto la mayoría de las películas del prolífico cineasta neoyorquino y generalmente, todas me gustan. Medianoche en París podría haber sido una sucesión de hermosas postales en movimiento de la “Ciudad del Amor” y una historia para salir del paso. Pero no, el film está a la altura de la exquisita capital gala y nos hace reír a mandíbula batiente gracias a un argumento delirante y difícilmente predecible.


Owen Wilson interpreta a Gil, un hombre que se dedica a escribir guiones para películas comerciales de Hollywood, empeñado en dar un vuelco a su carrera y escribir una novela. Está de visita en París junto a su prometida Inez (Rachel McAdams) y los acaudalados padres de la chica. Allí coincidirán con un hombre por el que Inez siente auténtica fascinación (Michael Sheen) y su novia. No me gustaría profundizar demasiado en la trama a fin de no revelar sorprendentes spoilers. Tan sólo diré que el protagonista cumple uno de los mayores anhelos de cualquier escritor que se precie.
En esta ocasión y al igual que en sus últimas cuatro películas, Allen no ejerce de actor. Como suele hacer en numerosas ocasiones, delega el rol que él interpretaría en otro actor. Para dicha tarea ha escogido al simpático Owen Wilson, que se desenvuelve con una soltura encomiable en el Universo made in Allen. Su personaje, poseedor de una verborrea que ya quisieran muchos e incapaz de desprenderse de esa eterna expresión de alucinado, se mete en el bolsillo al espectador. Junto a él, hay que destacar a las adorables Rachel McAdams y Marion Cotillard, un histriónico y realmente divertido Adrien Brody o Kathy Bates, que haga lo que haga siempre está estupenda.


Mención especial merece Michael Sheen -un actor como la copa de un pino- interpretando a un hombre que otorga un nuevo significado a la palabra pedantería. Y Carla Bruni como la guía del museo está correcta, aunque su papel es pequeño y poco relevante.

Medianoche en París es una película muy recomendable, probablemente no apta para TODOS los públicos, como todos los trabajos de Allen. Divertida y surrealista, rebosa ingenio por los cuatro costados. Tal vez no estoy siendo del todo imparcial, pero cuando se trata de Woody Allen nadie lo es, ¿verdad?


Si Vicky Cristina Barcelona te dejó mal sabor de boca, Medianoche en París es el mejor enjuague posible.

domingo, 8 de mayo de 2011

¿Quién es Kim Raver?



Me apetecía dedicarle un post a esta estupenda actriz que, en mi opinión, no ha recibido el reconocimiento que merece. La Dra. Teddy Altman de Anatomía de Grey es una auténtica veterana de la pequeña pantalla. Por su extrema delgadez podríamos deducir que su dieta no incluye ni donuts ni burritos mexicanos, pero bueno, quizá sea cuestión de constitución (típica frase que nunca nadie se cree). Aún así la chica es atractiva y como intérprete es más que solvente. Internet me ha chivado que comenzó su carrera siendo una niña en Barrio Sésamo, programa en el que permaneció tres años. A mediados de los noventa comenzó a llamar la atención de los críticos especializados gracias a sus trabajos teatrales, en los que llegó a coincidir con actores de la talla de Laura Linney. Poco a poco la chica se fue haciendo un hueco en la televisión, apareciendo como actriz invitada en multitud de series emblemáticas como Ley y orden, El abogado o Spin City.


En 1999 ganó popularidad al convertirse en una de las protagonistas de la exitosa serie Turno de guardia (en la actualidad se emite en Calle 13 y Nitro), poco conocida por estos lares. Tras seis años en dicha serie, nuestra chica fichó por 24, en la que interpretó durante dos temporadas a Audrey Raines, pareja de Jack/Kiefer Sutherland. Nunca seguí dicha serie, pero por lo que parece su personaje no era demasiado querido por la audiencia.
También la vimos como ex mujer de Ben Stiller en la infantil Noche en el museo y en la prematuramente cancelada y recomendable serie The Nine (creo que hasta hace poco se ha estado emitiendo en ETB-2 muy pero que muy tarde), centrada en el atraco a un banco.
Yo la conocí como la “ejecutiva agresiva” que mantiene un tórrido romance con un musculado jovencito en Mujeres de Manhattan, la serie sobre tres pijas neoyorquinas de tomo y lomo protagonizada por Brooke Shields. No era ninguna maravilla y fue un intento fallido de emular el éxito de Sexo en Nueva York, pero se dejaba ver. Y además también salía mi adorada Lindsay Price, lo cual es un punto a favor. Poco después se unió al elenco de Anatomía de Grey interpretando a Teddy Altman, colega de Owen en Irak. Parece que la chica siempre encarna a mujeres altivas y secas que anteponen su vida profesional a la personal.


En cuanto a su vida personal, Raver, nacida en Nueva York en 1969, se licenció por la Universidad de Boston y está casada con el director Manu Boyer (que yo sepa nada que ver con el marido de la Preyler), con el que tiene dos hijos nacidos en 2002 y 2007.


Espero que el futuro depare proyectos interesantes a esta chica…

miércoles, 27 de abril de 2011

Diez razones por las que me gusta "Mad Men"

Hace unas semanas se publicó en la red que la AMC ha retrasado hasta marzo de 2012 el estreno de la quinta temporada de Mad Men. No sé si podré resistir la espera y mediante este post quiero rendir mi particular tributo a esta multipremiada serie, convertida en emblema de la AMC.

1. El inconmensurable carisma Don Draper. Podríamos decir de él que es un hombre poco íntegro, sobre todo con las mujeres. Pero también es brillante y posee esa elegancia innata de las antiguas estrellas de cine, en la línea de Clark Gable. Un personaje icónico que ha convertido a Jon Hamm (un actor prácticamente desconocido hasta el inicio de la serie) en estrella.

2. Las chicas. Las hay para todos los gustos: tenemos a una pelirroja voluptuosa y sexy (Joan), a otra que destaca más por su seso que por su cuerpo (Peggy) y, por último, a una hermosa rubia cuya gélida y clásica belleza es equiparable a su inestable carácter (Betty).


3. Los “season finale”. En los últimos episodios de cada una de las temporadas la trama suele dar un vuelco de 360º grados… Jugosas sorpresas que enganchan al público.

4. La agencia de publicidad. Ignoro cuánto hay de realidad y de ficción en el retrato de la agencia de publicidad, pero me parece un universo realmente apasionante: la búsqueda del eslogan perfecto, las reuniones con los clientes, la guerra entre la competencia… Lucky Strike, Pond’s, Clearasil, American Airlines, Marlboro o la archiconocida cadena hotelera Hilton aparecen en la trama. ¡En un capítulo incluso mencionan la pelota vasca!


5. La dirección artística. La estética sesentera está cuidada con mimo. Los coloridos vestidos, la decoración de las casas, los cardados imposibles… Todo muy retro y cool.


6. La ausencia de personajes simpáticos. No puede decirse que haya personajes realmente “gustables”, lo cual no es muy habitual en las series de televisión. Funciona sin el típico graciosillo de turno.


7. El trasfondo. Mad Men no es sólo publicidad, en los episodios también se abordan temas más “trascendentales” como el feminismo, el aborto o la discriminación racial.


8. La música. Soy fan acérrimo de los “oldies” (así llaman en USA a hits de décadas pasadas), lo reconozco. Las canciones empleadas en la serie me encantan, sobre todo las que suelen acompañar al final de los episodios. ¡Cuánto daño han hecho Justin Bieber, Miley Cyrus y compañía!


9. Los títulos de crédito. La intro es totalmente “hitchcocniana”, muy acorde con el estilo de la serie. La canción es “A Beautiful Mine”, de RJ2D.


10. Es cada vez mejor. Mad Men mejora como el buen vino. En mi humilde opinión se supera en cada temporada. No puedo más que darle las gracias a Matthew Weiner, su creador.


jueves, 7 de abril de 2011

¡Por fin he visto Pan Negro!

Se llevó nueve galardones en la última ceremonia de los Goya, incluyendo los premios de mejor película, director y actriz protagonista. Las lenguas más viperinas dijeron en su momento que la Academia quiso “vengarse” de Alex de la Iglesia… Desde luego, tras haberla visto yo no estoy para nada de acuerdo con tal afirmación.

Sí, estoy hablando de Pan Negro (Pa negre), dirigida por Agustí Villaronga y basada en la novela homónima de Emili Teixidor. Estamos ante uno de esos filmes que funcionan gracias al boca a boca, sin contar con una campaña de promoción fuerte ni con actores conocidos para el gran público. Ambientada en un pequeño pueblo de Cataluña durante la posguerra, Pan Negro pone de manifiesto que una buena historia siempre brillará más que unos efectos especiales de ultimísima generación. Su impactante escena inicial es tan sólo un preludio de lo que viene a continuación: un largometraje muy duro, rodado con maestría y excepcional realismo por el mallorquín Villaronga.

La historia se centra en Andreu (Francesc Colomer), un niño la mar de avispado que trata de averiguar la verdadera historia de su familia, con la ayuda de su excesivamente precoz prima Nuria (Marina Comas). Su mundo y todo en lo que creía pueden estar a punto de desmoronarse por completo.

El acertadísimo elenco de actores es una de las grandes bazas de Pan Negro. Todos merecen elogios: Nora Navas, Roger Casamajor, Laia Marull, Eduard Fernández, Sergi López… Pero si me tengo que quedar con uno, permitidme destacar la maravillosa labor del debutante Francesc Colomer (ganador del Goya al mejor actor revelación), que es quien realmente lleva el peso de la película. La verdad, no se me ocurre mejor manera de comenzar una carrera cinematográfica. Por cierto, hablando de chavales con talento…. ¿qué habrá sido de Andoni Erburu (Secretos del corazón)? En el fondo, Pan Negro es un crudo retrato de vencedores y vencidos, o lo que es lo mismo, de aquellos que comían “pan blanco” y los que debían conformarse con “pan negro”. Una de esas grandes películas que no olvidas fácilmente y te hacen pensar. Tal vez, mucho más de lo que desearías.

domingo, 20 de marzo de 2011

Buscando en el baúl de las series: Jóvenes rebeldes

El otro día me acordé de esta serie que me enganchó cuando era tan sólo un mozo con acné y vacaciones estivales de tres meses. Su título, Jóvenes rebeldes (el original, Young Americans). Recuerdo que la emitían los canales autonómicos, en verano y a horarios intempestivos. Curiosamente, era un spin-off de Dawson crece, serie que también suscitó mi interés siendo un chaval (ahora me parece inexplicable, pero fue así, todos tenemos un pasado). El personaje principal de Jóvenes rebeldes, Will Krudski, apareció en varios capítulos de la tercera temporada del culebrón en el que los protagonistas utilizaban un lenguaje exageradamente rico.

La serie que nos ocupa, muy dirigida al público teen, sólo duró en antena ochos capítulos. Aún así, sirvió como plataforma para Kate Bosworth e Ian Somerhalder. Bosworth alcanzaría la fama como la guapa y bronceada surfer de En el filo de las olas y después la hemos visto en películas más o menos conocidas como Beyond the Sea, El chico de tu vida o Superman Returns. En cuanto a Somerhalder, visto en los filmes La casa de mi vida, Las reglas del juego y Pulse, interpretó a Boone Carlyle en Perdidos y en la actualidad ocupa carpetas de miles de adolescentes en celo gracias a la exitosa Crónicas vampíricas. Pero, además de Bosworth y Somerhalder, también comenzaron su carrera en Jóvenes rebeldes Katherine Moenning (vista en L), Matt Czuchry (futuro novio rico de Rory en Las chicas Gilmore), Charlie Hunnam (Sons of Anarchy) y Michelle Monaghan (Misión imposible 3). Vamos que ha sido todo un filón para la industria del entretenimiento yanqui. Hay que reconocer que la serie tenía su punto. Se centraba en los jóvenes que acudían a la elitista academia para chicos Rawley. El protagonista, Will (Rodney Scott), había conseguido una beca para asistir a dicho centro, ubicado en su pueblo natal. Todo era muy idílico y la estética estaba muy cuidada. Su compañero de habitación, Scout (Mark Famiglietti), el típico chico rico y arrogante, se enamoraba de una chica del pueblo, Bella (Kate Bosworth), mucho más humilde y carismática que él. También andaba por allí el hijo del decano (Ian Somerhalder), que se había fijado en Jake (Katherine Moenning), una moza que se hacía pasar por chico para poder acceder a la academia y de paso, chinchar un poco a sus padres. Ése sería el planteamiento inicial, pero en ocho capítulos pasarían infinidad de cosas que no podría resumir en un post. Coca Cola era su principal sponsor… y se notaba. Fue una auténtica lástima que esta serie de la WB no durara un poco más… En mi opinión, no era tan pedante como Felicity o Dawson crece. La canción de la intro también me gustaba. Pero, bueno, la televisión norteamericana es lo que tiene. ¿Alguien la recuerda? (de todas maneras, está en YouTube)

martes, 8 de marzo de 2011

Opinión tardía sobre los Oscar, El Cisne Negro, Natalie…

Ya ha pasado más de una semana desde la entrega de los Oscar. Y yo, un supuesto cinéfilo empedernido, sin ver la gala. Pues sí, después de las críticas negativas y de hartarme a ver anodinos resúmenes en la caja tonta, he decidido que esta vez voy a abstenerme. Aún recuerdo los años en los que la gala se retransmitía por Canal+ y la grababa en VHS para visionarla al día siguiente. Y no presionaba ni una sola vez la tecla de “fast forward”. Ni siquiera cuando repartían el Premio al Mejor Maquillaje. Lo juro.

Últimamente ando muy ocupado con tareas que poco tienen que ver con el ámbito cinematográfico. De todas maneras, he de decir que estoy contento con el resultado. Como ya dije en un post anterior, Colin Firth realiza un trabajo sublime en El discurso del Rey y merece la estatuilla. Realmente me sorprendió que esta cinta se alzara con los Oscar de Mejor Película y Mejor Director… Muchos dicen que la película buscaba precisamente eso, recibir premios como churros. Yo pensaba que La Red Social se alzaría con el galardón principal, aunque en mi opinión está altamente sobrevalorada y desde luego no es la película más redonda de David Fincher, cuyos filmes suelen ser siempre de mi agrado. Tampoco hubiera predicho que el Oscar al Mejor Realizador iba a ser para el hasta ahora desconocido Tom Hooper, ya que me hubiera decantado más por el propio Fincher o Darren Aronofsky.
Y , aunque al igual que en el caso de Firth estaba cantadísimo, me congratula enormemente que Natalie Portman recibiera el premio a la Mejor Actriz. Hace unos días vi El Cisne Negro en pantalla grande y quedé tan impresionado con el trabajo de la Portman… La película es una de las más intensas que he visto en los últimos años, me dejó totalmente noqueado. Tanto, que aún hoy no sabría decir si me gustó o no. Creo que nunca me había sucedido antes. Sí, en menos de dos horas me provocó sensaciones de todo tipo: me reí y “asusté”, sufrí y en ciertos momentos llegué a identificarme con la protagonista.

Siempre me había gustado la Portman, desde sus tiempos en Beautiful Girls, pero hasta ahora creo que no había llegado a mostrar todo su potencial interpretativo. Tal vez en Closer (película que aborrecí) y V de Vendetta pudimos atisbar algo, pero es que en El Cisne Negro pone toda la carne en el asador y se come con patatas (y kétchup y aros de cebolla y lo que haga falta) al resto del reparto. La dirección de Aronofsky es espléndida y todo en el film está cuidado con sumo detalle. La estética es, simplemente, perfecta (el apartamento en el que vive Vincent Cassel ha despertado cierta envidia en mí). Y a pesar de no tener del todo claros mis sentimientos hacia El Cisne Negro, la recomendaría fervientemente. Sobre las victorias de Christian Bale y Melissa Leo como intérpretes de reparto poco puedo decir, ya que no he visto The Fighter. Ambos son actores de alto standing, por lo que supongo que el premio estará justificadísimo. El año que viene prometo ver la gala íntegra y hacer un análisis mucho más exhaustivo. Con lo que yo he sido. Antes incluso me tragaba los Globos de Oro, los Emmy o los SAG (Premios del Sindicato de Actores) y ahora…


Por cierto, mención especial para mi nuevo (y maravilloso) banner diseñado en exclusiva para mí por S.G. You are an artist!

sábado, 26 de febrero de 2011

Primos, risas por doquier

Aún me acuerdo de cuando vi AzulOscuroCasiNegro, la ópera prima de Daniel Sánchez Arévalo, director de la cinta que nos ocupa. Me pareció algo extraña, pero me gustó. También me sirvió para descubrir a tres actores prácticamente desconocidos por aquel entonces: Quim Gutiérrez, Raúl Arévalo y Antonio de la Torre. Todos ellos han vuelto a coincidir en el tercer largo de Sánchez Arévalo: Primos. Una comedia generacional con chispa protagonizada por tres primos de caracteres diametralmente opuestos.

Cuando a Diego (Quim Gutiérrez) lo plantan en el altar, sus primos Julián (Raúl Arévalo), el típico macarra con verborrea y buen fondo, y José Miguel (Adrián Lastra), un hipocondríaco de mucho cuidado totalmente absorbido por su novia, acuden en su ayuda. Para animar al desconsolado primo, deciden emprender un viaje a la localidad de Comillas –Cantabria-, donde veraneaban y en la que planean reencontrarse con el amor de juventud de Diego (Inma Cuesta). Las verbenas en la plaza del pueblo, los puestos con souvenirs de poca monta (las míticas camisetas con mensajes vagamente originales no tienen precio), las barracas, los inolvidables concursos de playback y/o karaoke (¿quién no ha participado en uno?) y los paseos por la playa son algunos de los ingredientes que no pueden faltar en todo verano que se precie. Tampoco personajes emblemáticos del pueblo, como “El Bachi” (Antonio de la Torre), que en su día regentaba un videoclub, y su hija (una crecidita Clara Lago).
Lo mejor de Primos es su ingenio. Ofrece elevadas dosis de humor (un pelín grueso) y a juzgar por la cantidad de risas escuchadas en la sala de cine, divierte al espectador. Los tres actores principales demuestran de sobra sus dotes cómicas interpretando a tres primos muy pero que muy estereotipados. Y el resto del reparto tampoco se queda corto. Adrián Lastra y su parche son todo un descubrimiento e Inma Cuesta (de la serie Águila roja) me parece “re-guapa”. Desde luego, todo el que la ha visto coincidirá conmigo en una cosa: el momento “Backstreet Boys” es antológico y desternillante. Tal vez, como ocurre en la mayoría de las comedias, el único defecto de Primos sea su previsibilidad, pero logra hacernos reír y olvidarnos, durante algo más de hora y media, de las preocupaciones diarias.

Por cierto, me han entrado unas ganas terribles de ir a Comillas este verano. Y no necesariamente con mis primos.

--Un pequeño inciso para comentar que espero ansioso la entrega de los Oscar este domingo. Mi siguiente crítica será sobre El cisne negro, cinta que me impactó sobremanera. Natalie está inmensa y como no consiga la estatuilla creo que me enfadaré seriamente con el mundo… ¡Y Colin, espero que tú también te lo lleves!

domingo, 13 de febrero de 2011

Más allá de la vida, un drama eficaz

A decir verdad, Más allá de la vida no es el tipo de film que acostumbro a ver en el cine. Los dramas sobrenaturales no se encuentran entres mis predilectos precisamente. Pero si Clint Eastwood está detrás de la cámara y Matt Damon ejerce de protagonista principal algo debe ir francamente mal para arruinar el pastel. Y se podría decir que este humilde cinéfilo disfrutó del pastel de principio a fin, quedando gratamente sorprendido por el mismo, ya que no resultó para nada indigesto. Hablando en plata, la película me gustó. No diría que se trata de una obra maestra, ni que sea la mejor película de Eastwood (¡ni de lejos!), pero Más allá de la vida bien merece un visionado.
Más allá de la vida relata la historia de tres personajes en diferentes rincones del mundo: un obrero norteamericano con dotes de parapsicólogo (Damon), una periodista de televisión francesa (Cécile De France) y un niño que reside con su madre y su hermano gemelo en Londres (Frankie y George McLaren). Los tres han vivido experiencias muy cercanas a la muerte.

La película -menos lacrimógena de lo que a priori cabría esperar- está muy bien rodada y tal vez despierte dudas incluso en los espectadores más escépticos, entre los que yo no me incluyo. Si uno no siente un ápice de emoción al verla… que se lo haga mirar. Sin lugar a dudas, lo que menos me ha gustado ha sido el desenlace, un “happy end” forzado, previsible e inverosímil; hasta me atrevería a afirmar que no está al nivel del resto del metraje.
Ya poco queda del rubiales con sonrisa “profident” que despuntó con El indomable Will Hunting (los años no pasan en balde), pero en su segunda colaboración con Clint Eastwood tras la estupenda Invictus, Matt Damon vuelve a demostrar que es uno de los actores con más solvencia de su generación. Del resto del reparto, me quedo con la cautivadora Bryce Dallas Howard (hija del director Ron Howard vista en Spiderman 3 o Manderlay, entre otras), que afronta aquí un rol secundario.

Afortunadamente parece que tenemos Eastwood para rato, ya que a pesar de ser ya octogenario, el bueno de Clint actualmente se encuentra inmerso en la filmación de J. Edgar, con los ubicuos Leonardo DiCaprio y Naomi Watts.

Una recomendación: si ya tienen suficiente drama en el cuerpo, vayan a ver otra.

viernes, 28 de enero de 2011

El discurso del Rey: un reparto redondo

Tras ver El discurso del Rey hasta el espectador menos agudo se dará cuenta de que Colin Firth es un intérprete como la copa de un pino. Actor antes que estrella, el año pasado las vitrinas de su casa se llenaron de premios y reconocimientos por Un hombre soltero –dirigida por el omnipresente modisto Tom Ford- , quedándose a las puertas del Oscar. Pero este año su suerte puede cambiar. Y es que las quinielas lo sitúan entre los máximos favoritos para alzarse con la codiciada estatuilla (recientemente se llevó el Globo de Oro). La verdad es que el hombre se lo merece: su interpretación en El discurso del Rey es sencillamente sublime.

Firth encarna al príncipe Alberto (o “Bertie”, como lo conocen en su círculo más cercano), Duque de York e hijo del Rey Jorge V, que se convertiría en monarca de Reino Unido. Alberto tiene un gran problema: es tartamudo y sufre sobremanera cada vez que debe hablar en público. Empujado por su mujer Isabel (Helena Bonham Carter), comenzará a trabajar con un carismático logopeda australiano (Geoffrey Rush), que utilizará métodos muy poco ortodoxos para ayudarlo y con el que entablará una estrecha amistad.
Las circunstancias no me han permitido disfrutar de esta película en versión original, y es una auténtica lástima, ya que hubiera podido apreciar aún mejor la magnífica interpretación de Firth. Además de la convicción con la que se pone en la piel de un personaje tartamudo, el actor británico es capaz de expresar con su rostro lo que no está escrito. Junto a él, también destacan el siempre impecable Geoffrey Rush (Shine, Shakespeare in Love, Piratas del Caribe), que borda su papel, y Helena Bonham Carter, actriz fetiche y pareja de Tim Burton, conocida al principio de su carrera como la reina por antonomasia de los dramas victorianos.

El reparto es sin duda la mejor baza de este multipremiado drama histórico dirigido por Tom Hooper, pero no el único. El guión -basado en hechos reales- nos hace reír a base de humor inteligente y hasta el más mínimo de los detalles (vestuario, decorados, música, dirección artística) se ha cuidado con exquisito mimo. Todo typical british. No es de extrañar el aplauso unánime de la –normalmente despiadada- crítica especializada.
En el fondo, El discurso del Rey es una historia de autosuperación. La lucha de un hombre que intenta superar sus limitaciones. Como todos.

martes, 18 de enero de 2011

Los títulos de películas más insólitos… o cómo los traductores dejan volar su imaginación

En muchos casos, traducir del inglés al castellano el título de un film se convierte en todo un ejercicio de imaginación. Los traductores pretenden dar a los títulos de los largometrajes un toque más cómico o un doble sentido, pero se pasan… También suelen optar por añadir una breve e innecesaria explicación al título original. Echen un vistazo a la lista:

1. Sleepless in Seattle // Algo para recordar
2. White Men Can’t Jump // Los blancos no la saben meter
3. The Shaggy Dog // Cariño, estoy hecho un perro
4. What’s eating Gilbert Grape? // A quién ama Gilbert Grape
5. He's Just Not That Into You // ¿Qué les pasa a los hombres?
6. The Dukes of Hazzard // Dos chalados y muchas curvas
7. Ice Princess // Soñando, soñando… triunfé patinando
8. The Frighteners // Ágarrame a esos fantasmas
9. If Lucy Fell // Si no te casas, me mato 10. L.A. Story // Tres mujeres para un caradura
11. Moll Flanders // Moll Flanders, el coraje de una mujer
12. Parenthood // Dulce hogar, a veces
13. The Sure Thing // Juegos de amor en la Universidad
14. Wayne’s World // Wayne’s World ¡qué desparrame!
15. Welcome Home, Roxy Carmichael // Aquí te pillo, aquí te mato
16. Weekend at Bernie’s // Este muerto está muy vivo
17. Deck the Halls // Un vecino con pocas luces
18. Outside Providence // No puedo perderte por algo tan tonto como el sexo
19. Down to you // Esta chica me pone
20. Uncle Buck // Solos con nuestro tío
21. Little Fockers // Ahora los padres son ellos
22. Airplane // Aterriza como puedas
23. The Naked Gun: From the Files of Police Squad! // Agárralo como puedas
24. Mrs. Winterbourne // Con cariño desde el cielo 25. Without a Paddle // De perdidos al río
26. Angus // El gran peque se va de ligue
27. Au Pair // Este chico es un demonio y su hermana también
28. Hot Shots! // Hot Shots, la madre de todos los desmadres
29. Big Business // Ensalada de gemelas
30. Beverly Hills Ninja // Beverly Hills Ninja, la salchicha peleona
31. The Whole Nine Yards // Falsas apariencias
32. Analyze This // Una terapia peligrosa
33. Babe // Babe, el cerdito valiente