domingo, 28 de marzo de 2010

Adam, una película pequeña pero no menor

Vengo a haceros una recomendación algo tardía. Se trata de Adam, un pequeño film de corte independiente dirigido por el semi-desconocido Max Mayer y ya disponible en alquiler. Está protagonizado por dos valores en alza del cine actual: Hugh Dancy y Rose Byrne. El inglés Dancy, que podría tomar el relevo de Hugh Grant, ha demostrado de sobra que es un actor solvente. Lo hemos visto interpretando a un “geek” la mar de simpático en Conociendo a Jane Austen, ejerciendo de partenaire de Anne Hathaway e Isla Fisher en Hechizada y Confesiones de una compradora compulsiva, respectivamente, y en películas tan dispares como Instinto básico 2, El rey Arturo o Shooting Dogs. La australiana Byrne, por su parte, ha saltado a la fama catódica gracias a la multipremiada serie judicial Daños y perjuicios. Pero la moza no es ninguna “recién llegada”, de hecho, la recuerdo como actriz invitada, hace la tira de años, en la serie “aussie” por excelencia: Los Rompecorazones. También apareció en Troya, Obsesión (una especie de versión teen de Atracción fatal protagonizada por el idolatrado Josh Harnett), María Antonieta, 28 semanas después o la reciente Señales del futuro, al lado del anteriormente prestigioso Nicolas Cage.

Adam es una historia de amor sencilla, sin artificios, que tiene más de drama que de comedia. Desde luego, se aleja mucho de las cintas románticas a las que Hollywood nos tiene acostumbrados. Aquí no hay rubias pechugonas, ni cachas con sonrisas “profident”, ni hits pegadizos del pop actual, ni apasionados besos extralargos. Aunque sí tenemos al típico colega del “prota” dando sabios consejos y a unos suegros que no destacan por su simpatía precisamente. Adam (Dancy) es un brillante joven de 29 años que padece Síndrome de Asperger, un tipo de autismo. Es un “ciego emocional”, excepcionalmente sincero e incapaz de interpretar lo que piensan y sienten los demás. Le cuesta mucho socializarse y no sabe expresar sus sentimientos. Su padre acaba de morir y él vive solo en el apartamento que ambos compartían. Todo cambia cuando conoce a su nueva vecina, Beth (Byrne), una profesora de escuela que escribe libros infantiles. La amistad inicial deriva en una relación sentimental complicada, que no cuenta con la aprobación del padre de ella (Peter Gallagher).

En el film destaca, por encima de todo, la maravillosa interpretación de Dancy, que dota de gran humanidad a su enigmático y misterioso personaje. Byrne también asume correctamente la tarea que le ha sido encomendada. Entre los secundarios encontramos al ya mencionado Peter Gallagher (The O.C., Mientras dormías) y a una avejentada Amy Irving, ex esposa de Spielberg y recordada por interpretar a la compañera “menos mala” de la telequinésica Carrie. La subtrama que concierne al padre de la protagonista no viene demasiado a cuento y queda algo desdibujada, pero aún así, la película se hace amena y es ideal para una de esas tardes lluviosas acompañada de la manta de cuadros de rigor y un generoso paquete de palomitas.

La cinta se alzó con el Premio Alfred P. Sloan en el Festival de Sundance y también estuvo nominada al Gran Premio del Jurado.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Pudieron haber sido estrellas, pero… (III)

Tenían talento -o al menos eso parecía-, aparecieron en varias películas y/o series interesantes, eran jóvenes y buscaban su hueco en un sobresaturado Hollywood. Lamentablemente nunca consiguieron aquello que tanto anhelaban… Aunque, quién sabe, quizás algún día la suerte de alguno de ellos cambie. Retomo lo abordado en posts anteriores y siento la insistencia, pero es que me parece un tema TAN apasionante…

1. Ben Chaplin. No, este inglés que alcanzará las cuarenta primaveras este año no guarda ningún parentesco conocido con el genial Charlie Chaplin. Tras apariciones en series y producciones televisivas británicas, Ben debutó en la pantalla grande con el film Lo que queda del día, junto a dos pesos pesados del cine contemporáneo: Anthony Hopkins y Emma Thompson. El cine yanqui requirió sus servicios para películas como La verdad sobre perros y gatos (donde era el objeto del deseo de las opuestas protagonistas), el recomendable drama de época Washington Square, al lado de Jennifer Jason Leigh, la aclamada cinta bélica La delgada línea roja, Oscura seducción y Asesinato…1,2,3. También lo vimos en pequeños papeles en Belleza prohibida o El Nuevo Mundo. Aunque a decir verdad Ben no ha parado de trabajar y ha desarrollado una trayectoria mucho más interesante que sus compañeros de post… Pero, una cosa está clara: no es precisamente una rutilante estrella hollywoodiense y su nombre no figura en el ranking de los actores más populares del momento. Sus últimas películas memorables han sido El retrato de Dorian Grey y Me and Orson Welles, junto al ídolo teen Zac Efron. 2. Gaby Hoffmann. La hija menor de Viva, una de las musas de Andy Warhol en los sesenta, demostró su valía como actriz siendo una chiquilla. Debutó interpretando a la hija de Kevin Costner en Campo de sueños y paseó su pícara sonrisa por producciones tan conocidas como Solos con nuestro tío, Algo para recordar o El hombre sin rostro, debut como realizador de Mel Gibson. Llegó a protagonizar una divertida serie infantil: Alguien como yo, que tan sólo duró seis episodios. Su popularidad aumentó de manera considerable al interpretar a Demi Moore de adolescente en Amigas para siempre. Después la vimos en películas como la poco original Volcano, Todos dicen I love you (un encomiable acercamiento al género musical de Woody Allen), 200 cigarrillos o Black & White. En los últimos años se ha alejado mucho de los focos para estudiar y dedicarse al teatro. Parece que ha decidido retomar su carrera poco a poco y este año la veremos en la indie Life During Wartime y en 13, al lado del mamporrero Jason Statham. También fue una de las protagonistas del piloto televisivo The Eastmans, pero el futuro de la serie está en el aire. 3. Jason Scott Lee. Está claro que su físico exótico ha marcado su carrera. Aunque, para qué engañarnos, puede que este atlético intérprete de madre china y padre hawaiano no sea dueño de una amplia variedad de registros dramáticos. Tras breves papeles en Nacido al este de Los Ángeles y Regreso al futuro III, saltó a la fama encarnando al malogrado Bruce Lee en el biopic Dragón, la vida de Bruce Lee. Poco después Kevin Costner lo eligió como protagonista de Rapa Nui e interpretó a Mowgli en El libro de la selva, una versión del clásico que seguro recordarán aquellos que aún tenían acné en los noventa. Su carrera posterior ha sido para echarse a llorar: la penosa La sombra del faraón, subproductos estrenados directamente en DVD… Prestó su voz a uno de los personajes centrales de Lilo & Stitch. 4. Trini Alvarado. Esta neoyorquina de origen hispano era guapa y además de actuar sabía bailar y cantar. El gusanillo de la interpretación le picó siendo muy joven y debutó a finales de los setenta en el cine. Fue la hija de Diane Keaton en Mrs. Soffel y la de Bette Midler en Stella. También protagonizó, junto al “Monty Python” Michael Palin el drama de época Amigas americanas. La bella Trini, que guarda un gran parecido con Andie McDowell, hizo su papel más conocido hasta la fecha en 1994, cuando dio vida a Meg March, la mayor de las Mujercitas. Poco después la pudimos ver en Cuando salí de Cuba y en Agárrame esos fantasmas, de Peter Jackson. Últimamente anda bastante despistada, sólo se salva un rol secundario en Juegos secretos, prestigiosa cinta protagonizada por Kate Winslet. Tiene dos filmes pendientes de estreno. 5. Devon Sawa. Antes de que existieran las redes sociales, Zac Efron, Robert Pattinson y los Jonas Brothers existían Devon Sawa, Jonathan Brandis (que se quitó la vida en 2003), Jonathan Taylor Thomas… Para casi todos los ídolos teen suele ser más que complicado hacer la transición a papeles adultos. Y eso es lo que le ha pasado a Sawa, protagonista de películas como Destino final y El diablo metió la mano. Antes interpretó al Casper “humano” en la edulcorada versión de 1995 y estuvo en los repartos de Robin de Locksley, Amigas para siempre y Jóvenes aventureros. Dejó atrás la pubertad y también los buenos papeles. En la última década ha estado más perdido que Paris Hilton en una peli de Woody Allen… Lo recuerdo como protagonista de un videoclip de Eminem, en el thriller Presunto homicida, al lado de Bill Pullman, y en la película de esquiadores Riesgo extremo. Acabamos de verlo en un episodio de NCIS: Los Ángeles y este año estrenará el film de suspense Endure, que no tiene muy mala pinta.

domingo, 21 de marzo de 2010

El apasionante mundo de los spin-off

Muchos de vosotros os estaréis preguntado qué diantres es un spin-off. Pues bien, se trata de un término utilizado sobre todo en EE.UU. para denominar a una serie “derivada” o a una serie que surge de otra. En algunas ocasiones uno de los personajes centrales abandona el show en cuestión para emprender una nueva vida y en otras, se introduce durante varios episodios a un personaje que más adelante protagonizará su propio serial. A veces, y sólo a veces, el spin-off consigue superar a su predecesora. Aquí tenéis algunos representativos ejemplos de las series de este tipo que nos ha dado la caja tonta en las últimas décadas:

1. Frasier (Cheers). El psiquiatra Frasier Crane era uno de los personajes más emblemáticos de la célebre Cheers. Este asiduo de la barra del bar más recordado de los ochenta abandonó Boston para vivir en Seattle junto a su padre, un ex policía muchísimo menos snob que él. Allí trabajaría como locutor en una emisora local de radio, dando consejos más o menos acertados a los oyentes. La hilarante sitcom, que consiguió el reconocimiento de la crítica especializada y la audiencia, nos presentaba a personajes inolvidables como Niles, el refinado hermano de Frasier, la fisioterapeuta inglesa Daphne o el –en ocasiones obediente- perro Eddie, entre otros. Permaneció en antena 11 años y se alzó con innumerables galardones, como 11 Emmys.

2. Joey (Friends). Joey Tribbiani, el más tierno, bobalicón y caradura seductor de la serie Friends se marchó a Los Ángeles para intentar dar el empujón definitivo a su carrera de actor. Lamentablemente, las peripecias del eterno aspirante a estrella no gustaron en demasía a la audiencia, que aún no había olvidado los gags de la magistral Friends. Aunque durante sus primeros episodios reunió frente al televisor a millones de televidentes la serie fue perdiendo fuelle y la cancelaron tras dos temporadas. Y es que, era mucho más floja que su predecesora. Contó con estrellas invitadas de primer nivel como Kelly Preston, Lucy Liu, Christina Ricci, Ellen DeGeneres… 3. Aída (Siete Vidas). Carmen Machi se ganó el aplauso del público cuando interpretó a Aída, la asistenta de Sole (Amparo Baró) en Siete Vidas. Poco a poco el personaje fue ganando peso en la trama y se convirtió en uno de los preferidos de la audiencia. Tras culminar Siete Vidas –en mi humilde opinión, una de las mejores series emitidas por Telecinco- se estrenó con arrollador éxito Aída. Eso sí, tras seis temporadas, el personaje central fue perdiendo protagonismo en beneficio de los intérpretes secundarios (sobre todo de Paco León, que se ha convertido en toda una estrella catódica). En la actualidad la serie continúa emitiéndose sin Carmen Machi, que la abandonó a principios de 2009. 4. Melrose Place (Sensación de vivir). La rubia y pija Kelly (Jennie Garth) de Sensación de vivir mantuvo una breve relación con Jake (Grant Show) un “chapuzas” algo mayor que ella que no podía vivir sin su moto y su gomina. Este affaire sirvió para introducir una nueva serie: Melrose Place, que se convertiría en uno de los culebrones icónicos de los noventa. El complejo de apartamentos en el que “todos se prestaban la sal” nos brindó momentos antológicos y famosos personajes como Amanda Woodward (Heather Locklear), la rubia oxigenada más famosa del prime time, las desequilibradas pelirrojas Kimberly (Marcia Cross) y Sydney (Laura Leighton), los sosísimos Billy (Andrew Shue) y Allison (Courtney Thorne-Smith) y un largo etcétera. Por allí también pasaron Kristin Davis (Sexo en Nueva York), Doug Savant (Tom Scavo de Mujeres desesperadas), Rob Estes (Medias de seda), Kelly Rutherford (Gossip Girl) y Alyssa Milano. Duró siete intensos años a base de engaños amorosos, asesinatos, falsas identidades, embarazos no deseados, chantajes… 5. C.S.I. Miami y C.S.I. Nueva York (C.S.I.). Las aventuras de Grissom y compañía han dado pie a dos exitosos spin-off: la más hortera C.S.I. Miami y la más oscura C.S.I. Nueva York. Las tres siguen emitiéndose en la actualidad y gozan de una “salud envidiable”. Las tramas y asesinatos enganchan y al margen de estos tres elogiables productos televisivos han proliferado a lo largo de estos últimos años series de temática similar como Mentes criminales o El mentalista. Pero, en mi opinión, ni David Caruso ni Gary Sinise le llegan a la altura de los zapatos al carismático William Petersen (que hace varias décadas estuvo viviendo en Oñati y tiene una hija llamada Maite Nerea). Aunque tal vez este último comentario no deba tenerse en consideración porque Petersen abandonó la serie en 2009. De todas maneras, me quedo con la original. Sin lugar a dudas estamos ante una de las franquicias más rentables de la televisión yanqui. 6. Sin cita previa (Anatomía de Grey). Que la doctora Addison Montgomery (encarnada por la atractiva Kate Walsh) era uno de los personajes con más enjundia de Anatomía de Grey estaba claro. Tras tres temporadas en la popular serie hospitalaria, la doctora Addison dejó el Hospital Seattle Grace para trabajar en una clínica privada de Los Ángeles. La producción –que va por su tercera temporada- ha logrado unos resultados de audiencia relativamente buenos en Estados Unidos, aunque es más almibarada que su antecesora. 7. Angel (Buffy, cazavampiros). Angel, el vampiro con buen fondo que traía por la calle de la amargura a la protagonista de Buffy, cazavampiros, tuvo su propio spin-off , que se prolongó durante casi cinco años. Entre sus compañeros de reparto destacaba la escultural Charisma Carpenter, que retomó su papel de la serie original, el de la chica “guay” del insti, Cordelia. De todas maneras, la buena suerte parece perseguir al inexpresivo David Boreanaz, que desde 2005 triunfa gracias a la interesante Bones.

CASOS MENOS CONOCIDOS

  • Jennifer Love Hewitt protagonizó la aquí inédita Time of your life, un spin-off de Cinco en familia, en el que su personaje (Sarah Reeves) se mudaba a Nueva York para encontrar a su madre biológica.
  • Jóvenes rebeldes fue una breve serie (tan sólo se emitieron 8 episodios) de culto que surgió de Dawson crece. Sirvió para descubrir a futuras stars como Kate Bosworth e Ian Somerhalder (Perdidos, Crónicas vampíricas).
  • ¿Alguien se acordaba de que Cosas de casa era un spin-off de Primos lejanos? Pues sí, la madre del clan Winslow fue la ascensorista del edificio en el que trabajaban los protagonistas.
  • Jess, de Las chicas Gilmore, también iba a tener su propia serie, Windward Circle, que ahondaría en la complicada relación con su padre (Rob Estes). El piloto fue elegido pero la WB decidió cancelarla antes de su emisión, debido a los altos costes de producción.



Más spin-off: Los Roper (Apartamento para tres), NCIS: Los Ángeles (protagonizada por Chris O’Donnell), Caprica (Battlestar Galáctica)…

martes, 16 de marzo de 2010

Popurrí, popurrí

Tras varios días sin poder acceder a Internet desde casa he podido comprobar que mi grado de adicción a la World Wide Web es mucho mayor de lo que pensaba. Pero bueno, ya está solucionado y ahora toca actualizar este modesto blog que pretende conservar, al menos, su reducido círculo de adeptos.

Sobre los dichosos Oscar he de reconocer que este año los he seguido con menor interés que nunca. No he visto muchas de las cintas que optaban a la ansiada estatuilla dorada, aunque, por supuesto, tengo una opinión –más o menos afortunada, eso juzgadlo vosotros mismos- sobre lo acontecido en el Kodak Theatre durante la noche del 7 de marzo. Tan sólo decir que me congratulo enormemente de que Kathryn Bigelow y su En tierra hostil arrebataran los galardones principales a la sobrevalorada Avatar y a un egocéntrico (y supuesto “rey del mundo”) James Cameron, que por cierto se conserva infinitamente peor que su ex esposa Bigelow. Sobre Jeff Bridges he de admitir que no es mi actor favorito pero me alegro por él; me dio lástima no ver de nuevo a Morgan Freeman como flamante ganador por su estupendo trabajo en Invictus. Pero su Oscar por Million Dollar Baby está muy reciente.

Y respecto a Sandra Bullock… No he visto su interpretación en The Blind Side, aunque sí la mayoría de sus predecibles y blandas (y por otra parte, entretenidísimas) comedias románticas y como me cae la mar de bien, pues me alegro. Además la pizpireta actriz demostró que no sólo es simpática en la gran pantalla al recoger su Razzie por All About Steve con una gracia que ya podrían adoptar muchos de sus estirados compañeros de generación. Que el austríaco Christoph Waltz se alzara con el premio al Mejor Actor de Reparto no sorprendió a nadie, y que la divertida Mo’Nique (a la que recuerdo en el spin-off de Moesha, The Parkers) hiciera lo propio en la categoría femenina, tampoco. Pobre Pe… Menos mal que allí estaba Bardem (y tal vez su hermana Mo) para apoyarla.

También quería hablaros sobre dos películas que he visto recientemente: la ya mencionada Invictus y Veronika decides to die. La primera de ellas es de sobra conocida para todos, incluso para los menos aficionados al séptimo arte. Por encima de todo, me quedo con la interpretación de Morgan Freeman, que encarna a Mandela con asombroso realismo y con la figura del propio Mandela, al que todos deberíamos admirar. También Matt Damon hace una labor más que encomiable como François Pienaar, el capitán del equipo de rugby de Sudáfrica. El protagonista de la saga Bourne –de la que me considero fan- demuestra que no es sólo un tipo de acción.

Asimismo, me gustaría mostrar mi desacuerdo con aquellos que opinan que el fragmento sobre el partido final es demasiado largo. No cortaría ni un sólo minuto del mismo, y eso que no soy un adepto del rugby (más bien todo lo contrario). Tampoco podemos olvidar quién está detrás de la cámara: el genial e incombustible Clint Eastwood, que a sus casi 80 años vuelve a demostrar por qué muchos lo consideran uno de los mejores directores estadounidenses contemporáneos. Lo único que borraría del metraje: algunas canciones un tanto ñoñas, que aportan más bien poco a la trama.

Veronika decides to die es un film extraño, basado en la novela homónima del afamado escritor brasiñelo Paulo Coelho y protagonizado por una Sarah Michelle Gellar que intenta hacernos olvidar que no hace tantos años era la cazavampiros más famosa de la pequeña pantalla. A priori una película protagonizada por la Gellar parece prometer más bien poco, pero al menos en este caso, el film superó mis expectativas. Aprovecho para recomendaros otro trabajo reciente muy poco conocido de la actriz: Historias de Manhattan, drama romántico donde tiene como partenaire a Alec Baldwin.

A lo que vamos, Veronika decides to die narra la vida de Veronika Deklava, una joven que parece tenerlo todo y que un buen día decide acabar con su vida. Pero no lo consigue y es ingresada en un hospital psiquiátrico “de diseño”. Poco después le comunican que le quedan pocos días para morir… Un dramón en toda regla que deberíamos evitar si hemos tenido un mal día. Eso sí con un “happy end” que contentará a algunos y un elenco de intérpretes estupendo. Además de la Gellar –que demuestra ser una solvente actriz dramática-, podemos ver a Jonathan Tucker (protagonista de la serie catódica Los hermanos Donnelly), una sorprendente Erika Christensen (Fanática, Más allá del odio, Traffic), la veterana Melissa Leo (que acaparó numerosos premios por su interpretación en Frozen River) y al inglés David Thewlis, que a pesar de no ser demasiado conocido para el gran público es dueño de una extensa y variada filmografía (El niño con el pijama de rayas, la saga de Harry Potter, Siete años en el Tibet…).
En resumidas cuentas, se trata de una película pequeña, bien hecha y que lamentablemente está más cerca de Inocencia interrumpida que de Alguien voló sobre el nido del cuco. Aún no se ha estrenado por estos lares, aunque en EE.UU. ya está en DVD.

Y esto es todo de momento…

domingo, 7 de marzo de 2010

I’m Not There, un biopic diferente

I'm Not There es un largometraje extravagante y un tanto inclasificable. Uno de esos filmes poco convencionales, que reciben la etiqueta de “película de culto” y pasan por las carteleras con más pena que gloria. Tal vez por eso, haya tardado más de dos años en llegar a nuestras pantallas (en las salas “yanquis” se estrenó a finales de 2007). En los títulos de crédito leemos lo siguiente: “inspirada en la música y en las muchas vidas de Bob Dylan”. Así, queda más o menos claro que no estamos ante una película al uso. I’m Not There es un biopic más que curioso del celebrado cantautor y poeta estadounidense Bob Dylan. Pero no esperen a una rutilante y apuesta estrella de Hollywood dando vida a Dylan y poniendo voz a sus emblemáticas canciones, como suele ser habitual en las cintas encuadradas dentro de este subgénero.

La película nos presenta a seis personajes diferentes y cada uno de ellos tiene algo de la personalidad del polifacético artista. Una “fauna” más variada que una caja de bombones surtidos: un niño cantante que vaga de un lado a otro sin rumbo (Marcus Carl Franklin), una especie de Billy el Niño (Richard Gere) que vive en el Oeste, una estrella de cine de difícil carácter (Heath Ledger), un joven poeta (Ben Winshaw), un famoso cantante de country-folk (Christian Bale) y un artista rebelde y algo deslenguado (Cate Blanchett).


El estupendo reparto es, sin duda, una de las principales bazas de I’m Not There. Cate Blanchett da vida -de manera ciertamente convincente- a un personaje masculino, rol por el que se llevó el Globo de Oro, la Copa Volpi en Venecia y nominaciones a los Oscar y a los BAFTA, entre otros muchos galardones. Me recuerda a casos como el de Linda Hunt en El año que vivimos peligrosamente o Blanca Portillo en Alatriste. Bale (que un día puede hacer del Hombre Murciélago y al otro figurar en una pequeña película indie como ésta), un envejecido Gere, Ben Winshaw (emergente protagonista de El Perfume y Retorno a Brideshead), el malogrado Ledger (no puedo evitarlo, me da mucha pena cuando le veo en pantalla)… Todos cumplen correctamente con la tarea que les ha sido asignada. Eso sí, me quedo con la entrañable interpretación del pequeño y hasta ahora desconocido Marcus Carl Franklin. Como curiosidad destacar, en papeles secundarios, a Charlotte Gainsbourg (hija de Jane Birkin y Serge Gainsbourg), a una delgadísima Michelle Williams (que fue pareja de Ledger) y a la genial Julianne Moore. Ejerce de narrador el veterano Kris Kristofferson.

La cinta está dirigida por el cineasta Todd Haynes (Velvet Goldmine, Lejos del Cielo), uno de los máximos exponentes del cine indie actual. Ambientada en la década de los 60, está filmada con mucho gusto, combina el color y el blanco negro y en algunos momentos adquiere el aspecto de un “falso documental”. Pero I’m Not There es, ante todo, una oda a la música de Dylan, un film en el que las canciones están estrechamente unidas a la trama. Haynes, que se alzó con el Premio Especial del Jurado en Venecia, contó con el beneplácito del propio Dylan.
Uno de los puntos negativos del film es su metraje, ya que dura más de dos horas (135 minutos para ser exactos). Es un pelín “lento” y sólo gustará a aquellos espectadores acostumbrados a películas “diferentes” que se alejan de los explotadísimos estereotipos de Hollywood.