domingo, 31 de enero de 2010

Crítica: Todo incluido (Peter Billingsley)

Todo incluido es la típica comedia americana que se nutre de fórmulas cien veces vistas para provocar las risas de los espectadores menos exigentes. Y es que, bien podría haberse titulado Todos los clichés incluidos. A pesar de todo, es un film divertido, inofensivo y entretenido, de esos que nos gusta ver cuando el día no ha transcurrido tan bien como hubiéramos deseado. Se ve y se olvida muy fácilmente, pero hay que reconocer que tiene algún que otro “gag” logrado.

El matrimonio de Jason (Jason Bateman) y Cynthia (Kristen Bell) no atraviesa su mejor momento. Están pensando en divorciarse, pero tienen un plan para avivar su -apagadísima- chispa: viajar a un “resort” de lujo llamado Edén, donde además de practicar deportes náuticos y broncearse, podrán participar en un prestigioso programa de terapia para parejas. Para aprovecharse de una oferta especial, invitan a sus mejores amigos a dicho paraíso tropical. Son otras tres parejas: Dave (Vince Vaughn) y Ronnie (Malin Akerman), un matrimonio de lo más normal con dos hijos, Joey (Jon Favreau) y Lucy (Kristin Davis), que tras casi dos décadas de convivencia parecen no soportarse y Shane (Faizon Love) y Trudy (Kali Hawk), cuya relación no parece –a priori- demasiado prometedora. Las situaciones hilarantes, las sorpresas y los personajes más esperpénticos se suceden a lo largo de la trama.

El guión ha sido ideado por Dana Fox y dos de los protagonistas principales, Vince Vaughn y Jon Favreau. Vaughn y Favreau son “colegas” desde principios de los noventa y han trabajado juntos en numerosas ocasiones (Swingers, Separados…). Su “buen-rollismo” es más que evidente en pantalla y parece contagiar al resto del reparto. Junto a ellos vemos a multitud de caras conocidas: Jason Bateman (al que muchos recordamos por ser el protagonista de La familia Hogan y que en los últimos tiempos ha revitalizado su carrera), Kristin Davis (mi idolatrada Charlotte de Sexo en Nueva York, que muestra aquí su lado más pícaro), Kristen Bell (la Veronica Mars de la pequeña pantalla) o la ascendente Malin Akerman (Watchmen, 27 vestidos). Todo incluido cuenta, además, con un secundario de lujo: el francés Jean Reno.

Las espectaculares localizaciones son otra de las bazas del film. Se rodó en Bora-Bora (Tahiti) y quien no sienta envidia al ver dichas imágenes, sinceramente, no es de este mundo (jeje). La excelente banda sonora corre a cargo del hindú A.R. Rahman, cuyo nombre ya suena para los Oscar. No podemos olvidar que Rahman ya se llevó a casa la preciada estatuilla por la multipremiada Slumdog Millionaire. ¿Quién no ha bailado/tatareado alguna vez el tema “Jai Ho”?

En resumidas cuentas, Todo incluido es una comedia simplona y predecible, pero cumple su cometido: entretener. Y cuenta con un excelente elenco de actores, que, por desgracia, en esta ocasión no han podido sacar demasiado jugo a sus vacíos personajes.
Aquí está el tráiler en castellano

sábado, 23 de enero de 2010

Pudieron haber sido estrellas, pero… (II)

Como lo prometido es deuda, continúo con lo abordado en el anterior post. Intérpretes en principio prometedores cuyas carreras se estancaron. Este (para mí, apasionante) tema daría para escribir cientos de entradas, pero bueno, yo me limitaré a dos, jejeje.

1. Cary Elwes. Este refinado inglés alcanzó notoriedad internacional al protagonizar uno de los “cuentos” más famosos de la década de los ochenta, La princesa prometida. Una cinta de culto con la podía haberse convertido en un galán en toda regla. Aunque, sin atisbo de duda, muchos recuerdan más a Mandy Patinkin y su frase “Soy Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre… ¡prepárate a morir!” Lamentablemente, la trayectoria posterior de Elwes no fue para echar cohetes. Fue uno de los soldados de Tiempos de gloria, estuvo junto a la -por aquel entonces “feliz”- pareja Cruise-Kidman en Días de trueno, en la paródica Hot Shots!, El libro de la selva, Mentiroso compulsivo, Twister, Drácula de Bram Stoker, El coleccionista de amantes… Sin olvidar una de sus películas más memorables: Las locas, locas aventuras de Robin Hood. Muchos se sorprendieron sobremanera al descubrir que él era el protagonista de la primera (y excelente) entrega de Saw. Interpretó al Papa Juan Pablo II en una miniserie.

2. Alicia Silverstone. Para muchos, fue la pija más pija de los noventa. Tras varias películas y videoclips de Aerosmith (como Crazy, al lado de Liv Tyler), Alicia se convirtió en la actriz de moda gracias a Fuera de onda, una cinta de corte juvenil que en realidad era una simplona y modernizada “copia” de la Emma de Jane Austen. Su imagen de frívola fue en aumento con sus interpretaciones en Exceso de equipaje y Batman & Robin, considerado el peor film sobre el Hombre Murciélago de todos los tiempos; los más maliciosos le pusieron el (nada amable) sobrenombre de “Fatgirl”. No le ha ido “tan” mal (Buscando a Eva, las dos Scooby Doo), pero, desde luego, no aparece en el ranking de las más populares de Hollywood.

3. Bill (o Billy) Campbell. El altísimo actor, que se hizo popular con un personaje fijo en Dinastía, pudo convertirse en un héroe de acción con Rocketeer. Pero el film, co-protagonizado por la guapa Jennifer Connelly (con la que mantuvo una relación sentimental de varios años), no tuvo el éxito esperado y Bill no pudo alcanzar el tan ansiado estrellato. Estuvo en Drácula de Bram Stoker y fue el marido maltratador de Jennifer López en Nunca más. Aún así, la carrera de Campbell (que comparte su nombre con uno de los personajes centrales del primer Melrose Place) se concentró en la televisión: fue el protagonista de la estupenda (y tal vez, demasiado inteligente para triunfar a gran escala) Una vez más y ha tenido apariciones más o menos regulares en Los 4400, Shark y The O.C. Recientemente lo hemos visto en Me ha caído el muerto, divertida comedia cuyo reparto encabezó Ricky Gervais.


4. Daphne Zuñiga. La mayoría recuerda a Daphne por ser una de las actrices que más aguantó (y, por consiguiente, más “rolletes” tuvo) en Melrose Place. Pero, en los ochenta, Daphne lo tenía todo para triunfar: belleza, talento, popularidad… Sus películas más conocidas de aquella época fueron Juegos de amor en la universidad, junto a un jovencísimo y simpatiquísimo John Cusack, y La loca historia de las galaxias, parodia de culto de la archifamosa saga galáctica, donde emuló a Carrie Fisher (su personaje se llamaba “Princesa Vespa”, jaja). También mostró su belleza tipo “vecina de al lado” en Vínculos de sangre (donde su partenaire era otro ochentero olvidado, Tom Berenger), Chicas modernas, Jóvenes intrépidos o la secuela de La Mosca, protagonizada por Eric Stoltz. A partir de los noventa, su carrera se centró en la pequeña pantalla; además de en Melrose, ha figurado en los repartos de El sueño americano y One Tree Hill y tuvo serie propia, Beautiful People.

5. Edward Furlong. Probablemente fueron las drogas y la mala vida las causantes de su fracaso profesional. Porque, debutar en el cine interpretando a John Connor en Terminator 2 no es moco de pavo. Después apareció en varias películas más bien mediocres (del estilo de Cementerio viviente 2), aunque pudo haber relanzado su carrera con Pecker, American History X, Cero en conducta y Animal Factory. Vale, durante los últimos años no ha dejado de trabajar, pero yo llevo una década sin verlo en algo medianamente interesante . Bueno apareció como estrella invitada en CSI Nueva York y encarnó al Cuervo en la cuarta entrega de la saga (sí, por increíble que parezca se han llegado a hacer cuatro), pero, para un actor que venía dispuesto a comerse el mundo no es gran cosa ¿verdad? **Más casos dignos de recordar Elizabeth Berkley (que pasó de empollona en Salvados por la campana a sexy stripper en Showgirls), Mary Stuart Masterson (Tomates verdes fritos), Stephen Dorff...

miércoles, 20 de enero de 2010

Pudieron haber sido estrellas, pero… (I)

¿Qué pasó? ¿No supieron elegir bien sus papeles? ¿Hollywood les quedaba grande? ¿Tal vez no se acostaron con el productor adecuado? La cuestión es que todos ellos gozaron de su momento de popularidad, pero después, sus carreras se truncaron y acabaron en productos mediocres o de serie B. Algunos se han refugiado en la televisión y otros han conseguido roles secundarios en películas de cierta entidad. Pero, una cosa está clara, ninguno de ellos alcanzará ya el status de “star”. Aunque, quién sabe, a lo mejor Quentin Tarantino los ficha para alguno de sus filmes. Y si no, que se le pregunten a Travolta.

1. Julia Ormond. Esta bella inglesa llegó a la industria del cine por la puerta grande. Protagonizó Leyendas de pasión junto a Brad Pitt y El primer caballero al lado de Richard Gere y Sean Connery. También heredó el personaje de Audrey Hepburn en el remake Sabrina, donde se disputaba el amor de Harrison Ford y Greg Kinnear. La vimos en Smilla. Misterio en la nieve y en El barbero de Siberia. Después, cayó en el más profundo de los ostracismos. Parece que ha recuperado parte de la fama perdida interpretando a la hija de Cate Blanchett en El curioso caso de Benjamin Button.


2. James Van Der Beek. ¿Alguien se acuerda del protagonista de Dawson crece? La Holmes está hasta en la sopa, Michelle Williams se ha ganado el respeto de la industria (nominación al Oscar incluida) y a Joshua Jackson no le va mal (protagoniza Fringe). Pero el pobre James… En su etapa de Dawson lideró los repartos de Juego de campeones, Texas Rangers y Las reglas del juego, mientras que ahora se tiene que conformar con apariciones esporádicas en series televisivas (Betty, One Tree Hill, Como conocí a vuestra madre) y películas que nadie sabe que existen.

3. Kristy Swanson. En la década de los ochenta comenzó una carrera aparentemente prometedora, protagonizando Amiga mortal, de Wes Craven, y Flores en el ático. En los noventa tampoco le faltó el trabajo: fue la Buffy del film original Buffy, cazavampiros (del que surgió la archiconocida serie con Sarah Michelle Gellar) y estuvo en Hot Shots!, Semillas de rencor, Lobos universitarios, Phantom, la penosa secuela de la ya de por sí insufrible Maniquí,… Sus últimos filmes “relevantes” fueron Un papá genial y Colega ¿dónde está mi coche? Eso ya lo dice todo. Ha encontrado su hueco en realitys y películas de segunda (y tercera y cuarta).

4. William Baldwin. Parecía que este integrante del clan de los Baldwin llegaba a Hollywood para quedarse. Acarició la etiqueta de “sex-symbol” con Llamaradas, Sliver:acosada (junto a una Sharon Stone que también vivía su mejor momento), Línea mortal… El fracaso de Caza legal, con Cindy Crawford, fue un preludio de lo que vino después. Tan sólo se salvan Gente con clase, Una historia de Brooklyn y la serie Sexy Money, cancelada injustamente tras dos temporadas en antena. Sus hermanos Stephen y Daniel tampoco han gozado de mucha suerte en el mundillo… Y es que, con un Baldwin tenemos más que suficiente.

5. Sherilyn Fenn. El más que evidente atractivo y magnetismo sexual de Sherilynn Fenn no bastó para convertirla en estrella. Empezó como camarera en un bar de Playboy y tras papeles en multitud de películas infames, saltó a la fama con la serie Twin Peaks. Estuvo a punto de ser la Campanilla de Hook, pero la Roberts se hizo con el papel. Disfrutamos de su belleza en largos como Diario de un asesino a sueldo, La conspiración de Dallas o De ratones y hombres. Su colaboración con la hija de David Lynch en Mi obsesión por Helena fue un despropósito total. La serie Pasados de vuelta fue su salvación y, de momento, parece que ha decidido quedarse en la tele.


Más actores olvidados en el próximo post. Un adelanto: Cary Elwes, Daphne Zuñiga...

domingo, 17 de enero de 2010

Los Tudor: un poco de historia, mucho sexo e intrigas varias

Aprovecho este segundo post para hablaros de una de mis series actuales predilectas: Los Tudor (o The Tudors). Una espectacular producción de Showtime que no escatima en gastos y estrenada en la pequeña pantalla en 2007. Por el momento tan sólo se han emitido 28 episodios (divididos en tres temporadas) de la misma y la rumorología apunta a que la cuarta temporada será la última. Yo he visto las dos primeras entregas y estoy encantado, enganchado e impaciente de ver más.

Los Tudor se centra en la figura del rey Enrique VIII, conocido sobre todo por haberse casado seis veces, aunque también por su ruptura con la iglesia católica y su establecimiento como cabeza de la iglesia anglicana. En la primera temporada, Enrique, casado con Catalina de Aragón, se encapricha de Ana Bolena (ayudado por los tejemanejes de la ambiciosa familia de ésta) y hace todo lo posible por conseguir la nulidad matrimonial. En la segunda, el “insaciable” monarca echa el ojo a Jane Seymour (una doncella de su corte) y ejecuta a Ana Bolena acusándola de brujería, traición, adulterio , conspiración… En definitiva, de todas las lindezas que se le ocurren. Un culebrón en toda regla, con un innegable valor añadido: todo (o al menos casi todo) es real.

Jonathan Rhys Meyers, protagonista de Match Point y de actualidad por unos cansinos anuncios de perfumes, encarna al (¿orondo?) rey y no lo debe hacer nada mal, porque el chaval estuvo nominado a un Globo de Oro. Del resto del reparto joven me gustaría destacar a la semidesconocida Natalie Dormer (vista en Casanova, donde se dejaba seducir por el malogrado Heath Ledger) como Ana Bolena y al emergente Henry Cavill, que acaba de trabajar con Woody Allen y ha sido imagen de la marca Dunhill, como Charles Brandon. Entre los más veteranos encontramos a intérpretes consagrados y con extensas filmografías: Sam Neill –Cardenal Wolsey-, Maria Doyle Kennedy –Catalina de Aragón-, James Frain –Thomas Cromwell- o Jeremy Northam –Tomás Moro-. Como “guest star” más relevante, Peter O’Toole , el inolvidable Lawrence de Arabia.

Historiadores y expertos han sacado unos cuantos “peros” a la serie, poniendo en duda su veracidad, pero aún así, os la recomiendo fervientemente.
Tengo unas ganas de empezar con la tercera temporada…

Anne Heche, mística e ¿interesada?



He decidido dedicar mi primer post a Anne Heche, actriz a la que he redescubierto gracias a la serie catódica Men in Trees (emitida recientemente en La2 y cancelada tras dos temporadas). La verdad es que nunca he sentido especial simpatía hacia esta intérprete, que según cuentan las lenguas más viperinas de Hollywood utiliza sus relaciones sentimentales para autopromocionarse. Y es que la Heche saltó al estrellato en 1997 debido a su relación con la célebre humorista Ellen DeGeneres (inolvidable protagonista de Ellen), a la que dejó tres años después por el cámara Coley Laffoon. Se casó con el jovencito Lafoon, tuvo un hijo con él, se divorció y ambos protagonizaron una sonada batalla judicial. Ahora, mantiene una relación sentimental con su partenaire de Men in Trees, James Tupper. Al parecer tampoco guarda buen recuerdo de la Heche el cómico Steve Martin, con el que salió durante dos años, ya que se basó en ella para idear el irritante personaje de Heather Graham en Bowfinger, el pícaro.

La actriz comenzó su carrera con tan sólo 18 años apareciendo en el mítico culebrón televisivo Another World. Yo la vi por vez primera cuando interpretó a la amiga prostituta de Melanie Griffith en la comedia familiar Un regalo para papá. Tras papeles más o menos relevantes en películas como Coacción a un jurado, Donnie Brasco, Sé lo que hicisteis el último verano o Cortina de humo, alcanzó notoriedad internacional gracias a la taquillera comedia Seis días y siete noches, en la que dio la réplica a Harrison Ford. Después de un pequeño periodo de gloria con filmes como Regreso al paraíso o Psicosis (un más que flojo remake en el que heredó el personaje de Janet Leigh), su carrera se estancó. La Heche encontró un hueco en la “caja tonta” e hizo apariciones en series como Ally McBeal, Everwood o Nip/Tuck. En cine la vimos junto a Denzel Washington en John Q o en Nación Prozac, protagonizada por Christina Ricci.

En 2006 volvió a la pequeña pantalla protagonizado la serie Men in Trees, creada por Jenny Bicks, ambientada en un pueblecito de Alaska y de la que me considero algo parecido a fan. Aunque no tuvo el éxito esperado y fue cancelada en 2008, Men in Trees puso de nuevo en el mapa a Anne Heche e hizo que me cayera un poco mejor. Vale, la serie no es original y es una versión light y más bien almibarada de Doctor en Alaska, pero a mí me gusta.
Recientemente estrenó American Playboy junto al maridito de Demi Moore, Ashton Kutcher. Una cinta que me decepcionó y aburrió hasta límites insospechados. No pasa de ser una historieta simplona con vividor golfo, madurita “cañón”, jovencitas de buen ver y moraleja final; una exhibición continua de los –por otra parte envidiables- cuerpos de Kutcher y Heche. De todas formas, creo que ha supuesto un punto de inflexión en la carrera de la rubia de Ohio, que en la actualidad co-protagoniza la serie Hung.