lunes, 12 de marzo de 2012

Intocable, éxito rotundo (y justificado) del cine francés reciente

Podía haber sido un drama lacrimógeno con tufillo a tv-movie. Pero Intocable es todo menos eso. El film, dirigido por Olivier Nakache y Éric Toledano, gira en torno a la inesperada amistad que surge entre un millonario tetrapléjico (François Cluzet) y su asistente, un humilde joven de origen senegalés recién salido de prisión (Omar Sy). Basada en la historia real de Philippe Pozzo, que se quedó tetrapléjico practicando parapente, Intocable ha arrasado en la taquilla gala, convirtiéndose en un auténtico fenómeno de masas. Muchas veces, el boca a boca supera, con creces, a cualquier campaña de marketing.
Las grandes dosis de humor, especialmente de la mano del personaje interpretado por Omar Sy, un rudo macarrilla de buen corazón y arrollador ingenio que se mete al espectador en el bolsillo en los primeros cinco minutos de metraje, constituyen uno de los mayores atractivos de esta película. La palpable química con su partenaire, un millonario culto harto de que los demás se compadezcan de él, atraviesa rápidamente la pantalla atrapando a un espectador que a priori no tiene porqué saber qué tipo de película le espera. Los personajes secundarios también aportan momentos cómicos, complementándose perfectamente con los antagónicos protagonistas. A Omar Sy no lo conocía, pero François Cluzet es uno de los actores más populares del cine francés y lo hemos visto en películas como la genial Pequeñas mentiras sin importancia o No se lo digas a nadie, ambas de Guillaume Canet; también lo recuerdo como ladronzuelo de poca monta en French Kiss.

Eso sí, las abundantes y escandalosas carcajadas escuchadas en la sala no deberían hacernos olvidar lo duro de una historia que sería mucho más cruda si el personaje principal no gozara de una posición económica acomodada. De hecho, el propio protagonista realiza esta misma reflexión.
A pesar de alejarse del cine comercial más convencional, Intocable es una de esas películas que gustan a (casi) todo el mundo. Su cóctel de ingredientes difícilmente da pie al error: un guión muy ocurrente, interpretaciones excepcionales, una banda sonora pegadiza (que combina música clásica con temas tan “grandes” como September de Earth, Wind and Fire), una dirección cuidada, un “happy end” que es todo lo happy que podría ser… Lo peor: la poco oportuna broma sobre los Kennedy.

Tras el visionado muchos de nosotros nos preguntamos: ¿valoramos como es debido nuestra vida? Lamentablemente, lo de relativizar no es algo que se nos dé bien a todos.

3 comentarios:

itzibepe dijo...

Yo me encuentro dentro de los casi ;)). Una pelicula para reflexionar sobre los valores de la vida. Me hubiera gustado q la etiquetases como "falsa comedia" . Sigue asi con tu blog!

Finileta dijo...

Mikel!! Te echaba de menos x la blogosfera!!

Había oído hablar muy bien de esta película y tu opinión confirma mi intuición. Me gustan este tipo de filmes que te hacen replantearte cosas sin soltar moralina a raudales.

Me lo apunto en mi lista para ver ;)

Finileta dijo...

Definitivamente te he hecho caso y ayer estuve viéndola en el cine. Me ha gustado mucho. Como tú dices tiene una reflexión detrás, pero además es "ligera" en el sentido de que te atrapa y te entretiene con una historia que apenas avanza. Un pequeño gran descubrimiento!!

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