Legión no es una de esas películas que acostumbre a ver en la gran pantalla. He de reconocer que no soy, precisamente, un apasionado del género fantástico. Pero, de vez en cuando, me decanto por una de esas superproducciones millonarias y potencialmente taquilleras que, mira tú por dónde, consiguen entretenerme y hacerme olvidar las preocupaciones del día a día. Y si la sesión va acompañada de un descomunal paquete de palomitas y coloridas chucherías con más azúcar que un episodio de La casa de la pradera, mejor que mejor.Cualquier espectador medianamente cuerdo que haya leído la sinopsis de Legión habrá hecho, al menos, un gesto de sorpresa. El argumento tiene menos sentido que todas las películas de Lindsay Lohan y Hillary Duff juntas (ah, ¿qué eso era posible? Pues sí).
Dios pierde la fe en la Humanidad y envía a ángeles para que desaten la Apocalipsis y acaben con la raza humana. La única esperanza es el bebé que espera Charlie, una camarera con pocas aspiraciones que trabaja en una cafetería en medio de la nada. Esta cafetería de mala muerte (desde luego, yo no me pararía allí ni aunque hubiera bebido muuuuuuucha agua y…ya me entendéis) es el escenario central del film, donde Charlie y el resto de personajes principales (el dueño del tugurio, su hijo y su socio, una pareja cuyo coche se avería por el camino y su rebelde hija y un hombre con un pasado oscuro) deben hacer frente a todos los humanos poseídos por ángeles que desean acabar con la vida del bebé de la chica. A ellos se unirá el enigmático y poco dicharachero arcángel Michael, que no está dispuesto a cumplir las órdenes que le han sido dictadas.
La verdad, en el debut como realizador y guionista de Scott Stewart (muy curtido como creador de efectos visuales) nada parece tener sentido. Stewart ha elaborado -¿con esmero?- un plato combinado que incluye tiros y sangre por doquier, una galería de personajes que no destacan por su simpatía y un par de conversaciones que se pasan de trascendentales, al menos si tenemos en cuenta el tono general de la película. Desde luego, me quedo con dos escenas que demuestran que, una vez más, las apariencias engañan y que los personajes más “entrañables” pueden acabar arrancándote las “entrañas”. Los que la hayáis visto sabréis de sobra a qué me refiero.
Eso sí, Legión cuenta con un magnífico elenco de actores. El encargado de dar vida al arcángel Michael es Paul Bettany (Master and Commander, Una mente maravillosa, Wimbledon, El código Da Vinci), uno de los intérpretes más interesantes de su generación, que suele bordar los papeles de villano. Junto a él, destacan un avejentado Dennis Quaid, Lucas Black (A todo gas: Tokyo Race), Tyrese Gibson (muy curtido en el cine “palomitero”) y Kate Walsh (la doctora Addison de Anatomía de Grey y Sin cita previa).

Lo más interesante de Un ciudadano ejemplar es que podemos llegar a sentir empatía hacia Clyde, que se supone es el malo de la función. El fiscal interpretado por Foxx sigue el sistema y las normas preestablecidas, pero, a la hora de la verdad, suscita mucho menos interés que su antagonista. Ambos actores realizan interpretaciones notables, aunque es Butler quien pone toda la carne en el asador. El resto del elenco pasa bastante desapercibido: andan por ahí el entrañable Colm Meaney (Café irlandés), la guapa Leslie Bibb (de la serie Popular) o Regina Hall (vista en la saga de Scary Movie).
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En el reparto, además de a Vogel y Dushku, encontramos al actor andaluz de origen irlandés Alex O’Dogherty (popular gracias a sus papeles en Cámera Café y Doctor Mateo) y al veterano Gary Piquer (El último viaje de Robert Rylands). El joven Ander Pardo -cuyo inglés es mil veces mejor que el de Pé- encarna a uno de los chavales ávidos de emociones fuertes y en brevísimas apariciones podemos ver a los curtidos actores vascos Martxelo Rubio (visto en la serie de ETB-1 Goenkale y en 27 horas) y Paul Zubillaga (que también apareció en Goenkale, además de en largometrajes como Nada en la nevera). 

Fantástico Sr. Fox es una divertida comedia animada en “stop-motion” apta para todos los públicos y que probablemente no aburrirá a los progenitores que se vean arrastrados por sus insistentes hijos a las salas de cine. La historia se centra en el carismático Sr. Zorro (que en la V.O. tiene la
A pesar de ser muy bien recibida por la crítica especializada Fantástico Sr. Fox no cuajó en las taquillas… ¿Por qué? Tal vez sea porque aquí no encontramos esculturales princesas con un cabello impoluto, ni interminables canciones con moralina, ni mensajes que propugnan que lo importante es la belleza interior.




