Aprovecho este segundo post para hablaros de una de mis series actuales predilectas:
Los Tudor (o
The Tudors). Una espectacular producción de
Showtime que no escatima en gastos y estrenada en la pequeña pantalla en 2007. Por el momento tan sólo se han emitido 28 episodios (divididos en
tres temporadas) de la misma y la rumorología apunta a que la cuarta temporada será la última. Yo he visto las dos primeras entregas y estoy encantado, enganchado e impaciente de ver más.
Los Tudor se centra en la figura del rey
Enrique VIII, conocido sobre todo por haberse casado
seis veces, aunque también por su ruptura con la iglesia católica y su establecimiento como cabeza de la iglesia anglicana. En la primera temporada, Enrique, casado con
Catalina de Aragón, se encapricha de
Ana Bolena (ayudado por los tejemanejes de la ambiciosa familia de ésta) y hace todo lo posible por conseguir la nulidad matrimonial. En la segunda, el “insaciable” monarca echa el ojo a
Jane Seymour (una doncella de su corte) y ejecuta a Ana Bolena acusándola de brujería, traición, adulterio , conspiración… En definitiva, de todas las lindezas que se le ocurren. Un culebrón en toda regla, con un innegable valor añadido: todo (o al menos casi todo) es real.
Jonathan Rhys Meyers, protagonista de
Match Point y de actualidad por unos cansinos anuncios de perfumes, encarna al (¿orondo?) rey y no lo debe hacer nada mal, porque el chaval estuvo nominado a un Globo de Oro. Del resto del reparto joven me gustaría destacar a la semidesconocida
Natalie Dormer (vista en
Casanova, donde se dejaba seducir por el malogrado Heath Ledger) como Ana Bolena y al emergente
Henry Cavill, que acaba de trabajar con Woody Allen y ha sido imagen de la marca Dunhill, como Charles Brandon. Entre los más veteranos encontramos a intérpretes consagrados y con extensas filmografías:
Sam Neill –Cardenal Wolsey-,
Maria Doyle Kennedy –Catalina de Aragón-,
James Frain –Thomas Cromwell- o
Jeremy Northam –Tomás Moro-. Como “guest star” más relevante,
Peter O’Toole , el inolvidable Lawrence de Arabia.
Historiadores y expertos han sacado unos cuantos “peros” a la serie, poniendo en duda su veracidad, pero aún así, os la recomiendo fervientemente.

Tengo unas ganas de empezar con la tercera temporada…