lunes, 29 de octubre de 2012

Ruby Sparks, buen sabor de boca


(Casi) todos tenemos un vecino amable. Ese que te hace sonreír -al menos durante unos minutos- contándote una historia a menudo insignificante. Pues eso es lo que ocurre con Ruby Sparks.
Leer la sinopsis del film puede provocar prejuicios entre ciertos espectadores. Y es que, Ruby Sparks se centra en un joven escritor falto de inspiración que ve cómo su creación literaria (una muchacha de buen ver llamada Ruby) se convierte en realidad. ¿Lo ves? Probablemente hayas pensado que se trata de una película simplona, una comedia romántica de usar y tirar que podría estar protagonizada por la rutilante estrella hollywoodiense de turno. Pues no.
Ruby Sparks es el segundo largometraje dirigido por Jonathan Dayton y Valerie Faris, que impresionaron a crítica y público con su debut, Pequeña Miss Sunshine. El guión corre a cargo de Zoe Kazan (nieta del director Elia Kazan), que se guarda un goloso rol: el de la Ruby del título. El otro protagonista de la cinta es Paul Dano, pareja de Kazan en la vida real y que también formaba parte del elence de Pequeña Miss Sunshine. Vamos que todo es como si una gran familia hubiera decidido juntarse para una barbacoa y acabaran haciendo una película muy superior a la media.
Sin duda una de las bazas del film es la apariencia “corriente” del protagonista, alejado de los estereotipos de la industria y todos esos galanes perfectos que hacen que las mujeres piensen que sus novios son unos auténticos pringados. Nada de eso, en este caso y puestos a comparar, la gran mayoría de novios saldrán ganando.
Bien escrita, bien interpretada, bien filmada, poco pretenciosa y con ese toque tan “cool” que caracteriza a las películas de corte independiente que nos han llegado recientemente, me resulta difícil sacarle pegas a Ruby Sparks. Y por si todo lo anterior fuera poco, el reparto se completa con secundarios de lujo como Antonio Banderas (¿alguna vez conseguirá desprenderse de su acento?), Annette Bening, Chris Messina y Elliot Gould, que para mí siempre será el padre de Monica y Ross en Friends.   

sábado, 13 de octubre de 2012

Lo que he visto...


He de reconocerlo. Hace mucho tiempo que no piso una sala de cine. Y no es sólo culpa de la subida del IVA -que también-, ahora tengo como amante a una hipoteca que me sale realmente cara (¡menos mal que sólo quedamos una vez al mes!), electrodomésticos que dan desagradables sorpresas… Pero eso no quiere decir que no haya visto películas en las últimas semanas. Nada de eso. Os hago un breve resumen de lo que he “digerido” (tranquil@s ninguna indigestión grave a la vista) recientemente.
1.       Drive (2011). Para muchos críticos la mejor película del año pasado. Hombre, yo no diría tanto, aunque la verdad es que se trata de un thriller diferente a todo lo que hemos visto. Su estética ochentera, ese aire “neo-noir”, sangre a raudales, una historia de amor imposible, una banda sonora a medida… Ingredientes todos ellos que ayudan a moldear una película personal, no apta para los espectadores que únicamente se alimentan de “blockbusters”.  El protagonista es un enigmático joven que trabaja en un taller de coches, además de ser especialista para escenas de riesgo en Hollywood y conductor nocturno que acompaña en sus fechorías a criminales. Sólo alguien como Ryan Gosling podía hacer de una horterísima chupa de cuero (con escorpión bordado en la espalda y que perfectamente podría estar en el armario de cualquier miembro del reparto de “Jersey Shore”) algo “cool”.

      2.   Los idus de marzo (2011). El cuarto largometraje como realizador de George Clooney es un thriller político centrado en las vicisitudes de un joven asesor político (Ryan Gosling, poseedor del don de la ubicuidad) que hace campaña para que el senador Morris (Clooney) sea elegido como candidato del Partido Demócrata para las elecciones de 2004. Un reflejo de la política actual en el que las puñaladas por la espalda están a la orden del día y que, una vez más, nos hace reflexionar sobre lo poco que realmente sabemos acerca de este mundo semejante a una partida de póker, pero de dimensiones descomunales. Un reparto de campanillas y una buena historia a la que tal vez le falte algo más de ritmo.

3.       Temple Grandin (2010). Este biopic producido por la HBO relata la asombrosa historia de Temple Grandin, una mujer con autismo que no dejó que nada ni nadie se interpusiera en su camino y cuyos inventos revolucionaron ranchos y mataderos en todo el mundo. Me gustó especialmente una frase que se repite varias veces a lo largo de la película en referencia a Grandin: “es diferente, pero no menos”. Un personaje inspirador encarnado magistralmente por Claire Danes (pre-Homeland), que ganó el Globo de Oro y el Emmy por su interpretación.

4.       Mientras duermes (2011). El gran Jaume Balagueró está detrás de esta película escalofriante, que me hace alegrarme enormemente de no tener portero en mi edificio. Luis Tosar (esas cejas…¿son de este mundo?) se mete en la piel de un portero que hace “algo más” que entrometerse en la vida de los vecinos. Y como no me gusta revelar “spoilers” no diré mucho más. Algunos momentos surrealistas aparte, buenas dosis de suspense y giros argumentales que dejan a uno…helado. Por cierto, el apartamento de Marta Etura…¿está a la venta? Jeje.

5.        Immortals (2011). Mucha fantasía, efectos especiales de lujo y la mayor cantidad de gente guapa por fotograma que he visto en los últimos meses. En general, un espectáculo visual palomitero para disfrutar a todo volumen, muy en la línea de películas como 300.

6.       Somewhere (2010). Siempre me suelen gustar las películas de Sofia Coppola. Somewhere, la historia de un actor famoso de Hollywood que debe hacerse cargo de su hija de 11 años, se salda con un duelo interpretativo entre Stephen Dorff (que parece haber recuperado el rumbo de su hasta ahora decadente carrera) y Elle Fanning, hermana pequeña de Dakota. La cara más cruda (¿y realista?) de Hollywood.

domingo, 9 de septiembre de 2012

10 cosas que tal vez no sepas sobre… "Parenthood"


En realidad nunca pensé que me engancharía a una serie como Parenthood. Una “dramedy” (así llaman los yanquis al género que camina entre el drama y la comedia, aunque en este caso impera el drama) dirigida a un target familiar y centrada en el numerosísimo clan de los Braverman. Puede que no sea tan brillante o popular como otras producciones televisivas recientes ni tampoco reciba premios por doquier, pero Parenthood tiene ese pequeño algo que la hace mejorar temporada tras temporada.

1.      La serie está basada en la película Dulce hogar…a veces dirigida por Ron Howard en 1989 y protagonizada por Steve Martin. Recuerdo perfectamente el film, una comedia moderadamente entretenida e inocua, ideal para esas tardes de domingo de tormenta. Pues bien, antes de la serie que nos ocupa, el largometraje ya tuvo una versión televisiva, pero los resultados no fueron muy satisfactorios. Entre los protagonistas de aquella producción estaban unos jovencísimos Leonardo DiCaprio y Thora Birch.
2.      Originalmente el rol de Sarah Braverman iba a ser interpretado por Maura Tierney (Urgencias). Por motivos de salud (padeció cáncer de mama y su tratamiento le impedía trabajar en la serie) fue sustituida por Lauren Graham, que parece no desprenderse del aura de su icónica Lorelai Gilmore.

3.      Peter Krause (Adam Braverman), que saltó a la fama catódica con A dos metros bajo tierra, y Lauren Graham son pareja en la vida real.

4.      Mae Whitman, que da vida a Amber, es toda una veterana en la industria del cine y la televisión. A muchos les costará reconocerla, pero ella era la hija de Meg Ryan en Cuando un hombre ama a una mujer, de George Clooney en Un día inolvidable o de Bill Pullman en Independence Day.

5.     El tema de inicio es diferente en Estados Unidos y en el resto del mundo. En USA las imágenes de la intro van acompañas de “Forever Young” de Bob Dylan, mientras que en el resto de países la canción utilizada es “When we were Young”, de la joven cantautora Lucy Schwartz.
6.      La serie ha sido alabada por el realismo con el que aborda el síndrome de Asperger y fue galardonada con un premio PRISM.

7.      La cuarta temporada, cuyo primer capítulo se emitirá en Estados Unidos el 11 de septiembre, contará con la participación de Ray Romano, popular gracias a la serie Raymond.

8.      En la cuarta entrega Sarah Ramos -Haddie Braverman- sólo aparecerá en algunos episodios, como actriz invitada.

9.      Bonnie Bedelia, la matriarca de la familia, que interpretó a la mujer de Bruce Willis en las dos primeras entregas de Jungla de cristal, es tía de Macaulay Culkin, y Jason Ritter, que aparece regularmente en la serie como el joven novio de Sarah, es hijo del malogrado John Ritter.

10.   Durante la tercera temporada pudimos ver en un episodio al cantante Cee Lo Green, cliente de Adam y Crosby en el estudio de grabación.

viernes, 10 de agosto de 2012

El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace. Me ha gustado, pero no tanto


La tarea no era, a priori, nada fácil. Tras el éxito arrollador que supuso El Caballero Oscuro, Christopher Nolan tenía que andarse con ojo para no decepcionar a los acérrimos fans del Hombre Murciélago. Y en la modesta opinión de este cinéfilo que rara vez ha tenido un cómic entre sus manos (el simple hecho de admitirlo hace que me sonroje), Nolan puede darse por satisfecho. Con esta tercera entrega se cierra la saga iniciada con Batman Begins y se demuestra que las películas de superhéroes pueden ser mucho más que un mero entretenimiento visual.


Lo que más me ha gustado de El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace es algo que, probablemente, haya disgustado a muchos. Estamos ante un film coral en el que Batman (Christian Bale) no es el protagonista absoluto; el atormentado Bruce Wayne aparece en pantalla menos de lo que nos tiene acostumbrados. Así, podemos disfrutar más de las nuevas y acertadísimas incorporaciones, con mención especial para Anne Hathaway y Tom Hardy. La primera deja atrás definitivamente el universo de princesas made in Disney que la dio a conocer para embutirse el ceñido traje de látex de una Catwoman más realista que la mostrada en anteriores versiones (eso sí, para mí la Pfeiffer siempre será la Pfeiffer), mientras que Hardy interpreta a un villano todoterreno y se revela como uno de los actores más prometedores de su generación. Hardy y otros dos de los nuevos rostros (Joseph Gordon-Levitt y Marion Cotillard) de El Caballero Oscuro. La leyenda renace  ya trabajaron a las órdenes de Nolan en Inception (Origen). Los grandes –que hagan lo que hagan siempre lo serán- Gary Oldman, Michael Caine y Morgan Freeman completan el envidiable elenco.

Las escenas de acción son perfectas, al igual que la fotografía, la dirección artístisca y todos los aspectos técnicos del film. Sinceramente, no se me ocurre ningún "pero" al respecto.
A pesar de su metraje (más de dos horas y media) no se me ha hecho para nada pesada, pero el argumento no me ha gustado demasiado. Los golpes de efecto continuos y las “sorpresas” finales, algunos diálogos un tanto surrealistas (sí, sí, en esto último puede llevarse parte de culpa el doblaje), ciertos personajes carentes de carisma (como el de Cotillard)… Aunque tal vez la explicación sea mucho más sencilla que todo eso: estoy algo mayor para el cine de superhéroes. Me he cansado de la Batcueva, el Batmóvil y todas aquellas palabras que empiezan por “Bat”. Sí, ya lo he dicho. Y ahora es cuando este blog pierde los pocos adeptos que le quedan.


P.D. He de admitir que El Caballero Oscuro me parece una de las mejores películas estadounidenses de los últimos años y que la interpretación del Joker de Heath Ledger es insuperable.

sábado, 7 de julio de 2012

Faltos de ideas


Estoy falto de ideas. Justo igual que Hollywood. Hace un par de semanas tuve la oportunidad de ver los dos primeros de episodios de la nueva versión de Dallas. Nunca seguí la original, pero no parece que esta nueva adaptación vaya a captar mi atención. Cabe destacar que dos décadas después de terminar la célebre serie se mantienen algunos de los míticos personajes y actores, como J.R., Bobby y Sue Ellen, esta última desprendiendo botox por los cuatro costados. Las desavenencias familiares de los poderosos Ewing siguen centrando las tramas, y los chantajes, los montajes, las mentiras y las infidelidades están a la orden del día. También se ha recuperado la intro de apertura, pero en versión reducida. Una de las grandes curiosidades de este modernizado Dallas reside en que tres de sus nuevos protagonistas ya vivieron rivalidades y calamidades varias en Mujeres desesperadas: Brenda Strong (la Mary Alice que se suicida en el piloto), Jesse Metcalfe (el joven jardinero con el que Garbielle mantiene una aventura) y Josh Henderson (el rebelde sobrino de Edie Britt). Junto a ellos están Jordana Brewster, la chica de la saga A todo gas y Julie Gonzalo. Desde luego, el joven cast no padece problema de fotogenia alguno.
Uno de los problemas de estos remakes, reboots, precuelas, secuelas y demás es que ni siquiera dan al público tiempo de olvidar el producto original. Sensación de vivir y Melrose Place, por ejemplo, dos de los culebrones más icónicos de los noventa, han vuelto a nuestras pantallas recientemente, de la mano de la CW. 90210 ha sido renovada para una quinta temporada, mientras Melrose Place 2.0 sólo se mantuvo en antena una temporada. En ambas han aparecido intérpretes de las originales. La misma cadena es también artífice de la futura The Carrie Diaries, que seguirá las peripecias de la neoyorquina más pija en su adolescencia. ¿Podría permitirse la Bradshaw por aquel entonces sus ya antológicos Manolos? Y el año pasado la ABC intentó en vano resurgir la magia de Los Ángeles de Charlie, con tres protagonistas de muy buen ver (entre ellas, Minka Kelly de Friday Night Lights) y un guión más bien flojo.
Casi parece una broma de mal gusto, pero los rumores apuntan a que la Paramount quiere realizar una versión cinematográfica de Los vigilantes de la playa, con Justin Timberlake de protagonista (¿?) y cameos de David Hasselhoff y Pamela Anderson.
Además, este verano podremos ver si el lánguido Andrew Garfield da la talla como el nuevo Hombre Araña y tendremos que esperar hasta el año que viene para ver a Henry Cavill como Superman. También estoy deseando ver la última entrega de la franquicia de Batman iniciada por el genial Christopher Nolan. La saga Bourne también volverá a la pantalla grande, pero sin Matt Damon y con Jeremy Renner de protagonista.

Los guionistas hollywoodienses no tienen ganas de hacer funcionar sus perezosas neuronas y sólo piensan en recaudaciones millonarias (vale, es lógico) y yo parezco vivir en un estado de “Déjà vu” permanente.

miércoles, 20 de junio de 2012

Una inexpresiva Blancanieves, una reina en estado de gracia y un vampiro alucinado


Parecía que este blog no iba a ser actualizado nunca. Lo sé. Durante los últimos meses he dejado un tanto aparcada mi vena cinéfila para dedicarme a otros quehaceres. Recientemente he visto dos películas en la gran pantalla: Blancanieves y la leyenda del cazador y Sombras tenebrosas. La verdad es que ninguna de las dos ha dejado huella alguna en mí, más bien, todo lo contrario.
La primera, dirigida por Rupert Sanders, es una nueva adaptación del popularísimo cuento de los hermanos Grimm. Se trata de un largometraje oscuro que llega escasos meses después de la versión protagonizada por Julia Roberts y Lily Collins, que aún no he visto. La historia poco tiene que ver con la que Disney nos contó en su día. Blancanieves lleva pantalón debajo de la falda, es fuerte y guerrera, no canta (lo que, por otra parte, es un auténtico alivio) y lleva el rostro de Kristen Stewart, que como en la saga Crepúsculo casi ni se inmuta. La elección de Stewart no me parece muy adecuada (¿ella es la mujer más bella del reino? ¡venga ya!), no así la de su antagonista, Charlize Theron que está sublime como la pérfida reina Ravenna. Además, la bellísima surafricana se lo pasa pipa y está mejor que nunca. El cazador encarnado por el robusto Chris Hermsworth adquiere aquí mucho más protagonismo, dejando al supuesto príncipe en un segundo plano. Llama soberanamente la atención que los enanos hayan sido encarnados por actores de estatura media (entre los que están Bob Hoskins y Toby Jones) y sus diálogos son surrealistas, aunque no sabemos si culpar a los dobladores o no. Visualmente Blancanieves y la leyenda del cazador es un espectáculo en toda regla, pero, sinceramente, la historia tiene carencias que ni siquiera la gran Charlize nos hace olvidar.
Los críticos especializados ya lo auguraban. Sombras tenebrosas no es la mejor película de Tim Burton, director que rara vez defrauda. La sensación ha sido casi la misma que con Blancanieves. Estéticamente, nada que objetar, pero a la historia parece faltarle algo y los personajes no hacen justicia al espectacular elenco que incluye a Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Helena Bonham Carter, Eva Green, Jonny Lee Miller y la emergente Chloë Grace Moretz (Kick Ass). Aún así, Sombras tenebrosas es entretenida, gótica, un poco gore y contiene divertidos gags, la mayoría de ellos incluidos en el tráiler visto en televisión. Está basada en un culebrón estadounidense y podría ser el comienzo de una franquicia. Especial mención para la banda sonora: el “score” ha sido compuesto por el fiel colaborador de Burton, Danny Elfman, y durante el metraje se incluyen temas de Barry White, The Carpenters o Alice Cooper, que se interpreta a sí mismo.
Por cierto, advertencia para los padres menos cinéfilos: ninguna de las dos películas es adecuada para el público infantil.

domingo, 25 de marzo de 2012

Pudieron haber sido estrellas pero… (V)

Hacía meses que no dedicaba un post a esos (aparentemente) prometedores actores que por alguna razón no consiguieron alcanzar el estrellato... Ahí va una nueva entrega:

Freddie Prinze, Jr. La carrera del marido de Sarah Michelle Gellar no parece atravesar su mejor momento. Empezó mejor que bien y se convirtió en ídolo adolescente de la noche a la mañana. Fue noviete de la Love Hewitt en las dos primeras entregas de la saga de Sé lo que hicisteis el último verano (la tercera se estrenó directamente en DVD, sin ninguno de sus actores originales), convirtió a la patito feo de la clase en belleza (lo que viene siendo quitar unas gafas de pasta, soltar el pelo y poner un vestido escotado a una moza) en Alguien como tú y protagonizó películas teen de medio pelo como Chicos y chicas, Vaya partido y Esta chica me pone. La comedia Cómo perder la cabeza no era ninguna maravilla pero entretenía. Su carrera empezó a decaer poco a poco: encarnó al más engreído en la infantil Scooby Doo, protagonizó su propia sitcom –de escasísima repercusión-, dobló pelis animadas… También hizo de “nanny” masculino en un memorable episodio de Friends. En los últimos tiempos ha hecho varios filmes (Jack and Jill vs. the world) y lo hemos visto como Cole Ortiz en la temporada final de 24. Participará en un piloto para la NBC.Helen Slater. La maldición de Superman no es sólo para ellos. Helen Slater saltó a la fama a mediados de los ochenta interpretando a Supergirl -prima del héroe americano por antonomasia- en la producción homónima. El largometraje, totalmente kitsch y repleto de decorados de cartón piedra, no consiguió el beneplácito de la crítica (más bien, lo contrario) y fue un fracaso comercial. Aún así, dio a conocer a la chica, que después protagonizaría películas como La leyenda de Billy Jean (junto a Christian Slater, al que no le une ningún parentesco), la divertida Por favor, maten a mi mujer, la conocida El secreto de mi éxito junto a un Michael J. Fox que atravesaba su mejor momento profesional o Juntos pero no revueltos, que la unió a un jovencísimo Patrick Dempsey, años luz de convertirse en el cirujano con mejor pelo de la tele. En los noventa los buenos papeles empezaron a escasear y la actriz se concentró en Broadway, además de aparecer como invitada en series emblemáticas de la época. En los últimos tiempos también se ha refugiado en la caja tonta y ha interpretado a la madre de Superman (ironías de la vida) en varios capítulos de Smallville.Mary Stuart Masterson. Durante unos años fue una de las actrices más solicitadas de su generación. Talentosa y discreta, hoy día poca gente parece acordarse de esta actriz neoyorquina. Comenzó su carrera siendo muy joven y se dio a conocer gracias a Una maravilla con clase, un clásico ochentero escrito por el gran John Hughes. Después la vimos en películas de relativo éxito como El cielo se equivocó o la infravalorada Casado con eso. Aunque, sin lugar a dudas, su película más conocida es Tomates verdes fritos, donde dio vida a la intrépida Idgie. Otros de sus filmes destacables son el western femenino Cuatro mujeres y un destino (ella era la menos exuberante entre sus compañeras), Benny y Joon, junto a Johnny Depp, Mil ramos de rosas o el thriller Prisioneros del cielo, como la antigua novia de Alec Baldwin. Después de eso ha encadenado tv-movies, series fallidas y películas menores que no han llegado a nuestras pantallas. Una de sus más recientes incursiones ha sido un rol regular en Ley y orden: unidad de víctimas especiales y en 2007 debutó como directora con The Cake Eaters, con Kristen Stewart al frente del elenco.

lunes, 12 de marzo de 2012

Intocable, éxito rotundo (y justificado) del cine francés reciente

Podía haber sido un drama lacrimógeno con tufillo a tv-movie. Pero Intocable es todo menos eso. El film, dirigido por Olivier Nakache y Éric Toledano, gira en torno a la inesperada amistad que surge entre un millonario tetrapléjico (François Cluzet) y su asistente, un humilde joven de origen senegalés recién salido de prisión (Omar Sy). Basada en la historia real de Philippe Pozzo, que se quedó tetrapléjico practicando parapente, Intocable ha arrasado en la taquilla gala, convirtiéndose en un auténtico fenómeno de masas. Muchas veces, el boca a boca supera, con creces, a cualquier campaña de marketing.
Las grandes dosis de humor, especialmente de la mano del personaje interpretado por Omar Sy, un rudo macarrilla de buen corazón y arrollador ingenio que se mete al espectador en el bolsillo en los primeros cinco minutos de metraje, constituyen uno de los mayores atractivos de esta película. La palpable química con su partenaire, un millonario culto harto de que los demás se compadezcan de él, atraviesa rápidamente la pantalla atrapando a un espectador que a priori no tiene porqué saber qué tipo de película le espera. Los personajes secundarios también aportan momentos cómicos, complementándose perfectamente con los antagónicos protagonistas. A Omar Sy no lo conocía, pero François Cluzet es uno de los actores más populares del cine francés y lo hemos visto en películas como la genial Pequeñas mentiras sin importancia o No se lo digas a nadie, ambas de Guillaume Canet; también lo recuerdo como ladronzuelo de poca monta en French Kiss.

Eso sí, las abundantes y escandalosas carcajadas escuchadas en la sala no deberían hacernos olvidar lo duro de una historia que sería mucho más cruda si el personaje principal no gozara de una posición económica acomodada. De hecho, el propio protagonista realiza esta misma reflexión.
A pesar de alejarse del cine comercial más convencional, Intocable es una de esas películas que gustan a (casi) todo el mundo. Su cóctel de ingredientes difícilmente da pie al error: un guión muy ocurrente, interpretaciones excepcionales, una banda sonora pegadiza (que combina música clásica con temas tan “grandes” como September de Earth, Wind and Fire), una dirección cuidada, un “happy end” que es todo lo happy que podría ser… Lo peor: la poco oportuna broma sobre los Kennedy.

Tras el visionado muchos de nosotros nos preguntamos: ¿valoramos como es debido nuestra vida? Lamentablemente, lo de relativizar no es algo que se nos dé bien a todos.

lunes, 6 de febrero de 2012

Los descendientes, ¿pelín sobrevalorada?

Alexander Payne no es un cineasta al uso, eso seguro. Es de los que “cuentan” historias e intentan no caer en los sobreexplotados clichés del cine actual. He visto la mayoría de sus películas (Election, Entre copas, A propósito de Schmidt) y todas ellas me han gustado moderadamente, aunque nunca pasarán a engrosar la lista de mis films favoritos. La alabadísima Los descendientes ha causado en mí una sensación similar. A pesar de haberme gustado, creo que está sobrevalorada.El argumento nos traslada a una Hawai muy diferente a la que estamos acostumbrados a ver en la gran pantalla. Aquí no vemos celebraciones “luau” (así se llaman las fiestas hawaianas), danzas exóticas ni coloridos collares de margaritas. Matt King (George Clooney) es un abogado cuya mujer acaba de sufrir un accidente y se encuentra en coma en el hospital. Él deberá hacerse cargo de sus dos hijas: la adolescente rebelde Alexandra (Shailene Woodley) y la pequeña Scottie (Amara Miller), que está realmente lejos de ser una niña ejemplar. Además, descubrirá un secreto que escondía su mujer y deberá decidir qué hacer con las tierras que él y sus primos han heredado de sus antepasados. Vamos, que al hombre se le acumulan los marrones.
Una cosa sí tengo clara. George Clooney interpreta el papel de su vida. Tras comenzar su carrera en abominables películas de serie B, saltar a la fama catódica con Urgencias y labrarse un nombre como uno de los actores de más éxito del panorama actual (incluso ha hecho varias incursiones como realizador), el carismático Clooney se encuentra en el punto álgido de su carrera. Puede conseguir su segunda estatuilla y sin duda, realiza una labor sublime, haciéndome olvidar que ostenta el dudoso honor de haber protagonizado la peor película de Batman de la historia. Bromas aparte, Clooney está digno de aplauso y resulta tan creíble como el resto del cast, del que destacaría a sus dos hijas: la prometedora Shaile Woodley (hasta ahora conocida por su rol en Vida secreta de una adolescente) y Amara Miller, que aporta momentos cómicos a una trama eminentemente dramática. Y es que, a pesar de su fuerte carga dramática, Los descendientes no está concebida para hacer llorar al espectador e incluye diálogos hilarantes y personajes graciosos (mención especial para Sid, el “amiguete” de la hija mayor).

Los descendientes es, ante todo, una película sobre la familia y las complicadas relaciones entre padres e hijos, un retrato diferente con el inconfundible sello de Payne, que basó su guión en la novela homónima de Kaui Hart Hemmings. Bien escrita, bien interpretada, bien rodada… A pesar de todo ello, Los descendientes no ha conseguido cautivarme como lo hizo The Artist. En mi opinión le falta ese ingrediente mágico que convierte algo bueno en algo perfecto. Veremos qué opina la Academia.


lunes, 30 de enero de 2012

Jane Eyre, un drama de época con pocos peros

Siendo un mozalbete que poco sabía de la vida (sin querer decir con esto que ahora sepa demasiado) vi la adaptación de Jane Eyre de Zeffirelli protagonizada por William Hurt y Charlotte Gainsbourg. Aunque la recuerdo vagamente, me atrevería a afirmar que me gustó. Pues bien, esta nueva versión, dirigida Cary Joji Fukunaga, tampoco me ha defraudado.
Se trata de una película que cautivará a los amantes de los dramas de época. Aquí no hay efectos especiales deslumbrantes, pero todos los elementos han sido escrupulosamente cuidados y hacen que esta sea una cinta redonda. Una película como la que nos ocupa difícilmente liderará el box-office, aunque siempre tendrá su público, demostrando que heroínas de la literatura clásica como Jane Eyre nunca pasan de moda. Tras ser repudiada por su tía política, Jane es enviada a un orfanato, donde destaca por su fuerte personalidad. Unos años después consigue un trabajo como institutriz en la mansión Thornfield, propiedad del señor Rochester, un hombre misterioso e irascible. Surgirá entre ambos una historia de amor imposible, marcada por un oscuro secreto. Vale, puede que esta folletinesca sinopsis cause rechazo a más de uno, pero no debería.

No puedo más que alabar las sólidas interpretaciones de Mia Wasikowska (la Alicia de Tim Burton, también vista en Los chicos están bien) y el ahora solicitadísimo Michael Fassbender (X-Men: Primera Generación, Un método peligroso). La joven Wasikowska, dueña de una poderosa mirada y no tan explosiva como sus coetáneas, es una de esas actrices capaz de expresarse sin necesidad de articular palabra. Y Fassbender borda el rol de Rochester, con su carisma y sombría elegancia. El elenco incluye a la gran Judi Dench, Jamie Bell (que haga lo que haga siempre será Billy Elliott) y Tamzin Merchant, la Catalina Howard de Los Tudor.
Como película, tal vez sea un tanto fría y oscura (y dicho sea de paso, fiel a la emblemática novela de Brontë) y puede resultar densa para un tipo de espectador ajeno a largos silencios y miradas sostenidas. Desde luego, poco tiene que ver con las películas ligeras de consumo rápido que últimamente abundan en nuestras salas… ¡menos mal!

lunes, 23 de enero de 2012

The Artist, para amantes del cine


Aún hay esperanza para la industria del cine. Si una producción muda y en blanco y negro como The Artist ha conseguido salir adelante y además, hacerse con el aplauso unánime de crítica especializada y público, puede que no nos hayamos desviado del todo del camino. Éste es un film perfecto para aquellos que aborrecen las gafas de 3-D y a todas esas omnipresentes estrellas de usar y tirar surgidas de la factoría Disney Channel. Dirigida por Michel Hazanavicius y protagonizada por Jean Dujardin (Ludo en la super recomendable Pequeñas mentiras sin importancia) y Bérénice Bejo (mujer del realizador), The Artist tiene como eje central la transición del cine mudo al sonoro. Muestra, por un lado, el declive de la estrella del cine mudo George Valentin (Dujardin) y por otro, el meteórico ascenso de la joven Peppy Miller (Bejo).

The Artist es un homenaje al cine mudo (o mejor dicho, al cine en sí mismo) que sólo podía ser concebido por alguien realmente enamorado del Séptimo Arte. Una película elegante, exquisita, con una factura impecable -fotografía, dirección artística, vestuario, títulos de crédito… todo es perfecto- y que demuestra que una buena historia lo puede todo.

Dujardin derrocha carisma por los cuatro costados y resulta prácticamente imposible no enamorarse de la pizpireta y encantadora Bejo. A la palpable química entre ambos hay añadir la encomiable tarea de secundarios como James Cromwell (el “padre” de Babe), Penelope Ann Miller (Atrapado por su pasado) y John Goodman, siempre en su sitio. Y sin olvidar al tercer protagonista de la película, el perro de Geroge, un Jack Russell Terrier con más talento que muchas estrellas de cine actuales y robaescenas nato que despierta el lado tierno de cualquier espectador. Todos ellos hacen que nos olvidemos por completo de que The Artist es una película muda, es más, ni siquiera echamos de menos los diálogos. La estupenda música, la expresividad de unos intérpretes en estado de gracia y los característicos rótulos que acompañan a las películas mudas son más que suficiente.
Tal vez The Artist no sea para cualquiera pero, tras verla, resulta ardua tarea no esbozar una sonrisa. Es uno de sus films que te hacen sentir bien, y del que no puedes dejar de hablar una vez termina. Qué gran ironía, una película a la vieja usanza (vintage, que dirían los más resabidos), como las de antes, pero al mismo tiempo, un auténtico soplo de aire fresco.

sábado, 7 de enero de 2012

Perros de paja, otro remake que al menos entretiene

La recientemente estrenada Perros de paja (Rod Lurie) es un remake del film homónimo dirigido por Sam Peckinpah y protagonizado por Dustin Hoffman a principios de la década de los setenta. No he visto el film original, por lo que mi opinión está basada única y exclusivamente en esta nueva versión. Lo sé. Más de uno se estará preguntado: ¿qué tipo de cinéfilo es este? Me temo que no tengo ninguna respuesta convincente al respecto, jeje.

He de admitir que la película que nos ocupa me ha entretenido y a pesar de la malas críticas y su escasa repercusión comercial merece un visionado. Perros de paja cuenta la historia del escritor David Sumner (James Marsden) y su mujer Amy (Kate Bosworth), que vuelven a la localidad natal de ella para reconstruir la casa familiar y de paso, para que David termine el guión en el que trabaja. Al poco tiempo, el bueno de David conocerá al rudo ex de su mujer (Alexander Skarsgard) y a sus “amigotes”, que serán los encargados de reconstruir el dañado tejado de la casa. Más de uno sabrá que no me gusta nada revelar spoilers, pero tan sólo diré que la historia es bastante violenta, con imágenes grotescas, como cualquiera podría deducir tras la impactante escena inicial.
Perros de paja muestra las evidentes diferencias entre el urbanita David y los hombres del pueblo, que parecen haberse quedado anclados en tiempos muy, muy lejanos. Tal vez los personajes estén demasiado estereotipados, o puede que la realidad de un pequeño pueblo sureño estadounidense sea así, quién sabe. La cuestión es que este contraste ocupa un peso importante en la trama.

Por otra parte, y aunque los proverbios no son mi fuerte precisamente, me gustaría recordar dos expresiones por todos conocidas: “ojo por ojo, diente por diente” y “donde fueres haz lo que vieres” (esta última es pronunciada en varias ocasiones a lo largo del metraje). Y es que, ambas adquieren un protagonismo importante en Perros de paja.

El semidesconocido Rod Lurie no es Sam Peckinpah, ni James Marsden (de la saga X-Men) Dustin Hoffman, pero este -probablemente innecesario- remake está bien rodado y cuenta con interpretaciones solventes. Por fin volvemos a ver en la gran pantalla a Kate Bosworth, a la que había perdido la pista en los últimos tiempos, y al catódico Alexander Skarsgard (True Blood), que no decepciona en su rol de villano (cotilleo: fueron pareja durante varios años). Junto al trío protagonista destacan James Woods (que siempre resulta desconcertantemente repulsivo) y Dominic Purcell, protagonista de Prison Break.


En una época en la que todo son remakes , secuelas, precuelas, parodias, spin-offs y adaptaciones de producciones ya estrenados no deberíamos ser exageradamente críticos con esta versión actualizada (Sony Vaio incluido) de Perros de paja.