sábado, 11 de diciembre de 2010

Los otros dos, Wahlberg y Ferrell en estado de gracia

El subgénero denominado “buddy cop” hace referencia a todas aquellas producciones cinematográficas protagonizadas por dos policías radicalmente opuestos. En todas ellas existe un importante componente cómico, acompañado por una trama policial que en la mayoría de los casos suele ser realmente inverosímil. Hollywood nos ha dado incontables películas de este tipo, como la saga de Arma letal, 48 horas o Dos policías rebeldes, además de series tan icónicas como Starsky y Hutch y Corrupción en Miami. Pues bien, Los otros dos, dirigida por Adam McKay, encaja perfectamente dentro de este sobreexplotado subgénero.

En esta ocasión forman la improbable pareja de “polis” Will Ferrell (inolvidable en Más extraño que la ficción) y Mark Wahlberg. Ninguno de los dos figura en el ránking de mis actores predilectos, pero he de reconocer que interpretan sus papeles a la perfección. Ferrell es un auténtico veterano de la comedia -de hecho, ya había trabajado con McKay en otros tres filmes- y Wahlberg había realizado pequeñas incursiones en el género (la reciente e infravalorada Noche loca, Extrañas coincidencias…).
Allen (Ferrell) y Terry (Wahlberg) son dos policías de Nueva York segundones, objeto de burla por parte de sus engreídos compañeros y que aspiran a convertirse en estrellas mediáticas. Mientras que Allen es culto, el colmo de lo políticamente correcto y repelente, Terry cumple el estereotipo de policía “machote” y un tanto agresivo (con buen fondo, claro, que esto es una comedia). Pronto comienzan a investigar un caso de fraude que podría hacer cambiar su suerte… ¿o no?

Los otros dos es una comedia entretenida, con gags muy logrados y dos protagonistas en estado de gracia. Michael Keaton (que no es santo de mi devoción, precisamente) interpreta al jefe de policía, Steve Coogan al supuesto villano de la función y la explosiva (y pelín desaprovechada esta vez) Eva Mendes a la mujer de Ferrell -ironías de la vida ¿o sólo de Hollywood?-. Los primeros minutos del film están protagonizados por Dwayne Johnson, alias “The Rock” y Samuel L. Jackson, pero no desvelaré aquí ningún inesperado “spoiler”. ¡Ah! Y hay cameos de Brooke Shields, Rosie Pérez, el jugador de béisbol Derek Jeter, Anne Heche y el propio director.
La cinta está repleta de referencias a la cultura pop estadounidense, que sólo los espectadores más avispados captarán, y en la banda sonora encontramos nada menos que temas de Rick Astley o The Mamas and the Papas. “Raro, raro, raro”, ¿verdad? Desde luego, ésta no es una comedia al uso.

Entre las pegas, destacar que la subtrama policial no es demasiado interesante y la excesiva duración del filme -se aproxima a las dos horas-, algo poco habitual en este tipo de productos.
Resumiendo, una comedia recomendable y peculiar, que no pasará a la historia del cine pero que nos hará pasar un rato razonablemente entretenido.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Buried, menos es más

Salí un tanto aturdido de la sala de cine. Era una sensación totalmente agridulce; aunque la película me había encantado, mi cuerpo y mi mente tardarían un tiempo considerable en volver a su ser. La causante de dicho desasosiego fue Buried, la segunda película dirigida por Rodrigo Cortés tras la incomprendida Concursante. Está visto que para entretener no son necesarios sofisticados efectos especiales, niños/animalitos/culturistas metidos a actor de dudosa gracia o superficiales estrellas hollywoodienses más preocupadas por su descomunal ego que por la calidad del film en el que participan. Buried demuestra que muchas veces, menos es más. Desde el principio de la cinta el espectador no puede retirar la vista de la pantalla: los magníficos y hitchcocknianos títulos de crédito dan paso a un plano oscuro y de repente, vemos a un hombre enterrado vivo bajo tierra. Cualquiera se estremecería ante tal imagen, más si tenemos en cuenta que el ataúd es el único escenario del film y Ryan Reynolds el único personaje, exceptuando las personas con las que contacta vía telefónica, cuya imagen no aparece en pantalla.
La trama es bastante “heavy”. Reynolds encarna a un contratista norteamericano que es enviado a Irak por la empresa en la que trabaja. Un día, el convoy en el que viaja es atacado por un grupo de terroristas, que lo entierran vivo en un ataúd de madera. El hombre tendrá 90 minutos para conseguir que alguien lo ayude.

Una de las principales bazas de la cinta, rodada con maestría absoluta, es la interpretación de Ryan Reynolds, probablemente más conocido por el gran público por ser el marido de la ubicua Scarlett Johansson o por ser la imagen del nuevo (y por otra parte, estupendo) perfume de Hugo Boss. La verdad es que el mozo se ha especializado principalmente en papeles cómicos (Sólo amigos, La proposición, Van Wilder,la serie Tres para todo), aunque también ha hecho incursiones en el cine de superhéroes (Lobezno) o en el drama (Luciérnagas en el jardín). Esta vez Reynolds se revela como un actor sólido capaz de acometer grandes retos interpretativos y salir más que airoso.
En resumidas cuentas, y aunque aquellos que padecen claustrofobia pueden pasarlo rematadamente mal, Buried es una cinta muy recomendable. En estos tiempos en los que abundan los remakes anodinos y las mediocres secuelas y la originalidad brilla por su ausencia se agradece la existencia de largometrajes como Buried, que no se parece a nada que hayamos visto con anterioridad. Resulta paradójico que uno pague dinero por pasarlo mal, como si no bastara con los dramas de la vida “real”, pero todos tenemos nuestro punto sadomasoquista (sin necesidad de látigos y ajustados y poco favorecedores modelitos de cuero) y de vez en cuando, merece la pena sacarlo.

¡Hay que ver Buried!

domingo, 17 de octubre de 2010

Stars ochenteras…

Nací a mediados de los ochenta. Suena a título de canción pegadiza y sumamente petarda, pero es verdad. Y aunque cada vez que veo algún videoclip de aquella época tan kitsch me dan ganas de echar a llorar desconsoladamente, debo admitir que tengo mucho cariño a los films y actores ochenteros. Gremlins, Los Goonies, La historia interminable, Dirty Dancing, Big, la saga de Indiana Jones, Rebeldes, La princesa prometida, El club de los cinco, El chip prodigioso, ¿Quién engañó a Roger Rabbit?… Y un montón de títulos que me sería imposible reproducir en un solo post y que han marcado mi infancia. A pesar de la laca, los cardados imposibles, las tachuelas, las hombreras y los efectos especiales de saldo todos ellos merecen un lugar privilegiado en mi memoria cinematográfica. En este post voy a recordar a algunos de los intérpretes más conocidos de los ochenta, que lamentablemente no han tenido una trayectoria demasiado brillante durante las décadas posteriores.

1. Brooke Shields. Probablemente, la adolescente más guapa de todos los tiempos. Esta altísima actriz, dueña de unas frondosas cejas, siempre será recordada por su papel protagonista en la memorable (y pelín cursi) El lago azul. Antes había aparecido en la escandalosa La pequeña, con Susan Sarandon, y en Estirpe indomable. Protagonizó anuncios antológicos de vaqueros de Calvin Klein y tuvo su propia muñeca, con la que guardaba un asombroso parecido. La revista Times dijo de ella que era el “rostro” de los ochenta, pero hay que reconocer que en su filmografía hay pocos títulos de calidad; basta con recordar Sahara, Amor sin fin (Franco Zeffirelli) o Los locos del Cannonball III. Tiene el dudoso honor de haber ganado tres premios Razzie y también fue nominada como peor actriz de los ochenta y los últimos cien años. Pero tampoco hay que sacar las cosas de quicio ¿no? En los noventa encabezó los repartos de unos cuantos bodrietes, aunque la tele la devolvió al candelero. Tras su aparición como guest star en mi adorada Friends, la contrataron para la sitcom De repente Susan, que duró seis años. En los últimos tiempos no ha dejado de trabajar tanto en cine como en televisión, destacando su papel protagónico en Mujeres de Manhattan y sus apariciones esporádicas en Hannah Montana, como madre de la omnipresente estrella teen Miley Cyrus. El extensísimo currículum sentimental de Brooke lo dejo para otro post. 2. Andrew McCarthy. Su cara de no haber roto nunca un plato hizo de él uno de los actores más solicitados de los ochenta. Fue uno de los alumnos más aventajados del denominado “Brat Pack” (que aglutinaba a las estrellas adolescentes de la época) y se especializó en papeles de galán bonachón y blandito. Estuvo en algunas de las películas más emblemáticas de la década: Class, St. Elmo punto de encuentro (de Joel Shumacher), La chica de rosa, Maniquí (con Kim Cattrall), Golpe al sueño americano (sin duda, uno de mis films ochenteros favoritos, si no lo habéis visto, os lo recomiendo), Jóvenes ardientes o la divertida Este muerto está muy vivo, que incluso tuvo secuela. Después su carrera se marchitó, aunque en 1996 la cineasta Isabel Coixet lo rescató para Cosas que nunca te dije y también lo vimos en Mulholland Falls. En 2004 protagonizó la breve y escalofriante serie televisiva Kingdom Hospital, escrita y producida por Stephen King. Coincidió con la Shields en Mujeres de Manhattan (de la que también dirigió varios episodios) y recientemente ha aparecido en Gossip Girl y Royal Pains. 3. Molly Ringwald. Ahora tenemos a Scarlett Johansson hasta en la sopa, en los noventa era Winona Ryder la que arramplaba con todos los papeles juveniles decentes y en los ochenta, estaba Molly Ringwald (que también formaba parte del “Brat Pack”). Esta pizpireta y simpática pelirroja era todo un icono del cine adolescente yanqui. Su primera película importante fue Dieciséis velas, de John Hughes, en la que toda su familia olvidaba su decimosexto cumpleaños. Después interpretó a la típica chica popular en El club de los cinco, lució una colección de sombreros y modelitos imposibles en La chica de rosa, tuvo como partenaire a Robert Downey Jr. en El cazachicas, fue una madre adolescente en La que hemos armado y protagonizó Jóvenes ardientes. Una de sus últimas apariciones memorables fue en la comedia Boda pasada por agua, de Alan Alda. Estuvo unos años viviendo en Francia y supuestamente rechazó los papeles principales de Pretty Woman y Ghost. También recuerdo sus en cameos en Secuestrando a la Srta. Tingle y No es otra estúpida película americana. Actualmente tiene un papel fijo en la serie familiar Vida secreta de una adolescente. 4. Steve Guttenberg. ¿Quién podría olvidar al simpático Mahoney de la saga Loca academia de policía? Steve Guttenberg era el típico actor con aspecto sanote que bien podría ser el vecino del quinto que pasea todas las mañanas a su chucho. Fue el protagonista de las primeras cuatro películas de la longeva franquicia (se han estrenado hasta siete) y la verdad, era bastante difícil que algún espectador sintiera antipatía hacia él. También encabezó el reparto de las dos películas de Cocoon (de pequeño me encantaban…aunque, ¿a quién no?) y en Tres hombres y un bebé (y su secuela, Tres hombres y una pequeña dama) coincidió con otros dos actores antiguamente populares, Ted Danson y Tom Selleck. En los últimos veinte años ha trabajado en películas menores estrenadas directamente en DVD o en la televisión, a excepción de A casa por vacaciones (de Jodie Foster) o Dos por el precio de una, donde compartió escenas con las egocéntricas gemelas Olsen. También ha aparecido en casi una decena de capítulos de la serie Veronica Mars. Tiene pendiente de estreno unas cuantas pelis que no parecen llamadas a convertirse en hits. Los últimos rumores apuntan a que podría rodarse una continuación de Tres hombres y un bebé con los actores originales… Veremos.
Otros actores ochenteros que merecían estar en este post: Rob Lowe (que poco a poco ha recuperado su fama perdida), Emilio Estevez, Ally Sheedy, Anthony Michael Hall, Jami Gertz, Judd Nelson…

domingo, 10 de octubre de 2010

Come reza ama, un producto poco especial hecho a la medida de la Roberts

Come reza ama está basada en el best-seller autobiográfico de la escritora estadounidense Elizabeth Gilbert. Lo que no todos saben es que en los noventa Gilbert fue camarera y basándose en sus vivencias tras la barra escribió un artículo para la revista GQ que después inspiraría la película con más chicas “cañón” por fotograma de la historia: El bar Coyote. Pero hablemos de Come reza ama, el retrato de una mujer madura y de éxito (Julia Roberts) que parece pasar por una aguda crisis existencial. Ávida de emociones, decide dejar a su insoportable marido (Billy Crudup) y dedicarse a viajar por el mundo: Italia, Indonesia, India… Claro, en cada uno de sus “viajecitos” conocerá a diferentes hombres: un joven y místico actor (James Franco), un brasileño cuarentón divorciado (Javier Bardem)…

Primero de todo, decir que los fans acérrimos de la ex novia de América, la Roberts, disfrutarán de lo lindo con el film, ya que ella es la protagonista absoluta de la cinta. Y la verdad, como actriz no defrauda, aunque su personaje resulte un tanto caprichoso; nada que ver con la adorable Vivian de Pretty Woman. Del elenco masculino poco que reseñar: James Franco y Javier Bardem (que aparece mucho menos de lo que cabría esperar) cumplen, aunque sus interpretaciones no sean para nada memorables, y Billy Crudup resulta convincente y antipático al mismo tiempo. El veterano Richard Jenkins es, probablemente, el más sobresaliente del reparto.
Come reza ama, dirigida principalmente al público femenino, sigue la estela de otros largometrajes protagonizados por mujeres maduras e independientes, en la línea de Bajo el sol de la Toscana. La verdad es que no está tan mal como han dejado ver las críticas más maliciosas y tiene alguna que otra escena divertida (como aquellas en las que aparece el chamán), pero su metraje es excesivo. Parece que nos encontramos ante un documental de viajes de Lonely Planet que no acaba nunca; sí, sí, son imágenes bellísimas que dan ganas a uno de coger el pasaporte ipso facto y viajar lejos, muy lejos. Come reza ama es un producto tremendamente publicitado, con un brillante envoltorio narcisista y pretencioso.
El director de este film es Ryan Murphy, el nuevo Rey Midas de la tele yanqui, creador de la controvertida Nip/Tuck y de la celebrada Glee. Desde luego, en esta ocasión no ha conseguido dar en el clavo, pero no seamos excesivamente críticos con Come reza ama: si a usted le gustan las películas con romance, paisajes exóticos y hombres de “quita y pon”, ¡vaya a verla!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Lo último

Últimamente veo menos cine que nunca. Tampoco este modesto blog parece atravesar su mejor momento. Debo admitir que en los últimos tiempos me he concentrado en series como Mad Men y me he enganchado a otras como Los Pilares de la Tierra y Parenthood (que no es nada del otro jueves, pero entretiene). A pesar de todo, no pierdo la fe, y supongo que el otoño traerá consigo mejores películas y un mayor interés por el Séptimo Arte de este humilde cinéfilo. Aquí un breve resumen de lo que he visto recientemente:



1. The Box (2009). Richard Kelly (que tras sorprender con Donnie Darko, su extravagante ópera prima, se ha quedado un tanto estancado) dirige esta cinta que aúna suspense y ciencia ficción. Excelentemente ambientada a mediados de la década de los setenta y con unos creíbles Cameron Diaz y James Marsden al frente del reparto, The Box es una cinta original y recomendable, con grandes giros argumentales. Tal vez le quitaría algún que otro elemento paranormal, pero me gustó. Frank Langella vuelve a demostrar por qué es uno de los secundarios más reclamados por el cine yanqui.

2. Teniente corrupto (2009). Remake de la cinta homónima dirigida por Abel Ferrara en 1992. Werner Herzog asume en esta ocasión las tareas de dirección y Nicolas Cage se pone en la piel del teniente que en su día encarnó Harvey Keitel. No he visto el film original, pero esta nueva versión me pareció soberanamente lenta y anodina. Se nota la veteranía de Herzog, está rodada con gusto y Nicolas Cage (que no es santo de mi devoción, para qué negarlo) borda su papel de tipo repulsivo, pero…miré las agujas del reloj más de dos, tres y cuatro veces deseando que avanzaran más rápidamente. ¡Ah! También aparecen la exuberante Eva Mendes, que al menos alegra un poco la vista, y un Val Kilmer que no parece pasar muchas horas metido en el “gym”.

3. Hot Fuzz. Arma fatal (2007). Mi buena amiga Sandra me recomendó esta película inglesa que visioné en V.O. sin ningún tipo de subtítulo. El fuerte acento de algunos actores no me impidió disfrutar de esta tronchante comedia en la que un excesivamente eficaz policía de Londres es enviado a un pequeño (y aparentemente tranquilo) pueblo por culpa de sus celosos colegas. Allí descubrirá que nada es lo que parece. Eso sí, la última media hora demasiado pasada de rosca. Hot Fuzz me sirvió además para descubrir al actor Simon Pegg (co-autor del guión), estupendo comediante y tremendamente popular en Reino Unido. Otra película con el mismo equipo que me han recomendado: Shaun of the Dead. ¿Alguien la ha visto?

4. Tenías que ser tú (2010). La última década ha hecho muchísimo daño a las comedias románticas. En los noventa al menos teníamos a Meg Ryan y su logrado corte de pelo, pero ahora… Tenías que ser tú es lo que en inglés se conoce como una “chick flick” (película para chicas) sin pretensiones pero con un puñado de escenas divertidas. La pizpireta y guapa Amy Adams (Julie y Julia) interpreta a una pija con taconcitos y buen fondo que viaja a Dublín para pedir matrimonio a su sosísimo noviete. Allí conocerá a un rudo irlandés (Matthew Goode, Al sur de Granada, Match Point). El desenlace no es difícil de imaginar. A destacar, la estupenda pareja protagonista y los paisajes. Ideal para una tarde tontorrona con chuches y poco seso.

domingo, 29 de agosto de 2010

Sienna Miller es buena actriz


Su agitada e intensa vida sentimental ha sido todo un filón para los tabloides ingleses. Es una de las abanderadas del estilo denominado “boho-chic” (o “bohemian chic”) y sus impecables looks nunca pasan desapercibidos en las revistas de tendencias. También es imagen de numerosas marcas (tras ver su anuncio del perfume Orange de Boss a cualquiera le entran ganas de rociarse con él), ha diseñado trapitos junto a su hermana Savannah y colabora asiduamente con diversas ONGs.

Pero, a lo que vamos, porque esto es un blog sobre cine, Sienna Miller es una BUENA actriz. Muchos no estarán de acuerdo conmigo, pero al margen de sus más que evidentes atractivos físicos, la flamante nueva esposa de Jude Law es una excelente intérprete. Hace unos días visioné en DVD la película Factory Girl (2006), que retrata la vida de Edie Sedgwick, musa de Andy Warhol durante la década de los sesenta. La Miller se enfrenta al que probablemente sea el personaje más complejo de toda su carrera y supera el reto con altísima nota. La cinta (que no es ninguna maravilla, para qué engañarnos) no tuvo demasiado éxito, pero la interpretación de la actriz que nos ocupa recibió merecidos elogios por parte de la crítica especializada.

La filmografía de esta chica no es demasiado larga. Aún no he visto G.I. Joe (donde hace de mala malísima) y En el límite del amor (junto a su amiga Keira Knightley), dos de sus películas más recientes, pero no descarto hacerlo si el tedio se apodera de mí en los próximos días.

La recuerdo como una de las múltiples conquistas de su ahora marido Jude Law (más encantado de conocerse a sí mismo que nunca) en el aburrido remake de Alfie y como partenaire del malogrado Heath Ledger en la inofensiva Casanova. También tuvo un papel secundario poco memorable en el film fantástico Stardust. Y no podemos pasar por alto una de sus mejores películas: Interview. Dirigida, escrita y protagonizada por el genial (e inconfundible) Steve Buscemi, esta cinta indie tiene como baza principal el duelo interpretativo entre Buscemi y Miller, que se pone en la piel de una insoportable actriz de culebrones.

Tiene pendiente de estreno la película Hippie Hippie Shake, junto a Cillian Murphy.


Y a vosotros, ¿qué os parece Sienna Miller?

lunes, 16 de agosto de 2010

Killers, a medio camino de todo

Ponga en un bol unas cucharadas de humor, acción y romance, añada grandes dosis de Sr. y Sra. Smith, una trama increíblemente insulsa, unos cuantos millones de dólares y obtendrá una película poco memorable llamada Killers.

El mayor atractivo de esta supuesta comedia reside en el indiscutible carisma de dos jóvenes stars de Hollywood que rebosan lozanía y talento: Ashton Kutcher y Katherine Heigl. El primero no ha dejado de trabajar desde que fue descubierto en la sitcom Aquellos maravillosos 70: El efecto mariposa, American Playboy, El amor es lo que tiene, Recién casados, Colega ¿Dónde está mi coche?... En la actualidad es uno de los actores más queridos por la audiencia yanqui, arrastra a millones de seguidores en Twitter y está casado con una Demi Moore más cañón que nunca. Por cierto, también ejerce de productor de Killers. Heigl, conocida por encarnar a Izzie Stevens en la cada vez más lacrimógena Anatomía de Grey, también es una veterana del cine y la televisión, aunque últimamente parece encontrarse muy cómoda en comedias románticas con poca enjundia (27 vestidos, La cruda realidad). Francamente, Killers no será un punto de inflexión en la carrera de ninguno de los intérpretes.
Jen (Heigl) es una joven que, tras ser abandonada por su último noviete, decide irse de vacaciones con sus padres (Tom Selleck y Catherine O’Hara) a Niza. Allí conocerá a un joven (Kutcher) que parece ser el colmo de la perfección. Pero si la cosa acabara ahí no tendríamos película ¿verdad? Tres años después la neurótica y perfeccionista chica descubrirá que su ya marido era un espía internacional que vivía “a una pistola pegado”.

Puede que aunar diferentes géneros en una misma película no sea una idea tan brillante después de todo. No hay más que ver Killers: no es muy divertida ni romántica y la trama de acción no resulta para nada convincente. Robert Luketic (Una rubia muy legal) ha querido atraer a todo tipo de público, y lamentablemente no ha podido contentar a nadie. Aunque tampoco vamos a ser excesivamente críticos con esta producción ligera sin pretensiones. Vedla si tenéis una tarde tonta y no os apetece pensar en NADA. ¿Lo mejor? Contemplar la belleza de Niza (le entran ganas a uno de comprar un billete de avión ipso facto), algunas sorpresillas y el trabajo de dos veteranos secundarios: Tom Selleck, el inolvidable Magnum que aún conserva intacto su frondoso bigote, y Catherine O’Hara, que hace ya un par de décadas tuvo que soportar las chiquilladas de Macaulay Culkin en Solo en casa.

domingo, 8 de agosto de 2010

Repo Men: ciencia ficción, sangre y una mirada pesimista al futuro

Jude Law cambia radicalmente de registro en esta adrenalítica cinta que co-protagoniza junto al siempre excelente -y oscarizado- Forest Whitaker. Repo Men es el primer largometraje de Miguel Sapochnik y acaba de estrenarse en las salas de cine. Sinceramente, no sabría decir si el film me ha gustado o no; desde luego, no me ha encantado, pero tampoco puede decirse que lo haya aborrecido. Acción y ciencia ficción son los ingredientes principales de este oscuro pastel aderezado con unas gotas de (negrísimo) humor y varias capas de sangre poco apetitosa y decorado con emblemáticos temas musicales que no vienen muy a cuento. Repo Men bebe del cine de realizadores como Robert Rodríguez (Abierto hasta el amanecer, Planet Terror) y si se hubiera rodado varias décadas atrás estaría protagonizada por stars mamporreras como Stallone, Van Damme o Seagal.

No puedo decir que la premisa de la que parte Repo Men no sea original, porque lo es, y mucho. Y pelín macabra, también. Aunque el posterior desarrollo del film no está a la altura de las expectativas.

En un futuro no muy lejano, una empresa llamada “La Unión” (nada que ver con la conocida compañía de autobuses) proporciona órganos artificiales a quien los necesite, aunque a un precio nada módico, claro. Si uno se retrasa en el pago, los llamados Repo Men acudirán a recuperar los órganos que los “morosos” no han podido pagar. Y como no podía ser de otra manera, las técnicas que emplean para desempeñar dicha labor son… brutales. Pero ¿qué ocurre cuando uno de los Repo Men más competentes (Jude Law) requiere uno de esos órganos y no puede permitírselo? El pobre sabrá mejor que bien lo que es “pasarlas canutas”.
En sus casi dos horas de metraje Repo Men ofrece varios giros inesperados; tanto el inicio como el final resultan realmente sorprendentes, incluso para los espectadores más experimentados y agudos.

En las escenas de acción Jude Law demuestra que está en plena forma, al igual que su compañera de reparto Alice Braga (sobrina de Sonia Braga y vista en películas como Ciudad de Dios o Soy leyenda). El solvente Forest Whitaker ofrece una buena interpretación, aunque no puede lucirse con todas las de ley como hizo en El último Rey de Escocia o Bird. Junto a ellos encontramos rostros veteranos menos conocidos para el gran público como Liev Schreiber (Scream, El velo pintado, Lobezno), John Leguizamo y Carice van Houten (El libro negro). Los amantes de las cintas de acción extrema disfrutarán de lo lindo con las andanzas de estos peculiares “cobradores del frac” del futuro. A los demás les sobrarán vísceras y sangre, pero puede que pasen un rato moderadamente entretenido.

domingo, 25 de julio de 2010

Un mes de cine, sin ir al cine

Lo reconozco. Llevo un tiempo sin ir al cine. Vacaciones en destinos exóticos, jornadas playeras, refrescos en veraniegas y excesivamente caras terrazas, alguna decepcionante visita a las rebajas… Y muchos otros factores han hecho que en las últimas semanas no haya pisado una sala cinematográfica. Tampoco ayuda que los largometrajes que suelen estrenarse durante el periodo estival sean, en su mayoría, productos de corte familiar y/o juvenil que no me atraen demasiado. A pesar de todo, y como “buen” cinéfilo, he visto alguna que otra película últimamente. Ahí va un pequeño repaso:


1) The Road (2009). Angustia permanente. Eso es lo que sentí con este film basado en la novela de Cormac McCarthy (No es país para viejos, Todos los caballos bellos) y protagonizado por el siempre eficaz Viggo Mortensen. Un largometraje oscuro, pesimista, sombrío y deprimente, que muestra una América completamente destruida, con unos pocos supervivientes que luchan por mantenerse en vida (algunos de ellos optan por el canibalismo). La relación paterno-filial es uno de los grandes ejes de la trama, que deja una interminable lista de preguntas sin responder (la más importante: ¿qué causó el apocalipsis?). Charlize Theron encarna a la esposa de Mortensen, aunque no luce demasiado su talento interpretativo. Advertencia: no verla si hemos tenido una semana realmente dura...


2) Medidas extraordinarias (2010). Un notable drama hospitalario basado en hechos reales no tan lacrimógeno como cabría esperar. Relata la historia de un matrimonio (Brendan Fraser y Keri Russell) que lucha por salvar la vida de sus dos hijos pequeños, aquejados de la Enfermedad de Pompe. Para ello contarán con la inestimable ayuda de un extravagante y brillante científico (Harrison Ford). En su momento esta película pasó injustamente desapercibida. Vale, tiene cierto aire a telefilm de sobremesa, y Harrison Ford vuelve a hacer de Harrison Ford, pero Medidas extraordinarias merecía más. A destacar, un sorprendente Brendan Fraser, no por su considerable aumento de peso, sino por su más que creíble interpretación.


3) Exposados (2010). Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Tantos años viendo películas y parece que aún no he aprendido nada. Jennifer Aniston me encantaba en Friends (mi sitcom favorita de todos los tiempos), pero he de decir que las comedias románticas que protagoniza siempre me decepcionan. Separados tenía su punto, Y entonces llegó ella me hizo gracia y Una pareja de tres tocó el corazoncito de aquellos que amamos a nuestras mascotas, pero sólo con recordar ¿Qué les pasa a los hombres? y Dicen por ahí me entran escalofríos. Exposados, coprotagonizada por Gerard Butler, es terriblemente predecible, aunque tiene algún que otro gag conseguido y demuestra que el tiempo parece no pasar para la Aniston. Perfecta para días tontorrones con manta y pocas expectativas.


4) La última estación (2009). Una película con todos los ingredientes para ser buena (y probablemente lo sea, pero no he sabido apreciarla como es debido), dirigida por Michael Hoffman y magistralmente interpretada por Christopher Plummer y Helen Mirren -ambos nominados al Oscar por sus papeles-. El espectacular elenco se completa con James McAvoy, dando vida al joven e inexperto secretario personal de Tolstoi, y Paul Giamatti, que realizan también excelentes recreaciones. La última estación narra los últimos meses de vida del escritor Leon Tolstoi, centrándose en la relación de éste con Sofya, su temperamental mujer. Un film rodado con gusto, pero que resulta lento y desde luego, no está dirigido al público más convencional.



5) La voz del interior (2007). Pocos conocen esta película estrenada recientemente en DVD. Se trata de una feel-good-movie (así se conocen en USA las películas que “te hacen sentir bien”) inofensiva que cuenta la historia real de Richard Pimentel (Ron Livingston), prestigioso orador y escritor estadounidense que luchó por los derechos de los discapacitados. De hecho, él mismo padeció graves problemas de audición tras ser herido en Vietnam. Lo mejor de la película es, sin lugar a dudas, el estupendísimo trabajo de Michael Sheen (Underworld, The Queen, The damned united, Luna nueva) que interpreta a un hombre con parálisis cerebral. Recomendable, aunque el doblaje de algunos personajes sea nefasto.


6) Los fantasmas de mis ex novias (2009). Me incomoda un poco admitir que me he divertido viendo esta película. Sí, sí, es otra comedia romántica completamente predecible y comercial que se olvida con una rapidez asombrosa, pero ha conseguido entretenerme. Una versión actualizada de Un cuento de Navidad de Dickens, aunque en esta ocasión Mr. Scrooge es un exitoso y picaflor fotógrafo (Matthew McConaughey) sin ganas de sentar cabeza y con una larga lista de conquistas que ya quisiera para sí George Clooney. En el reparto, Jennifer Garner y Michael Douglas. Gags logrados y un McConaughey haciendo lo que mejor se le da: interpretar a canallas con morro y enorme ego.

miércoles, 14 de julio de 2010

Presente y futuro (profesional) de Elsa Pataky

Llevaba un tiempo queriendo dedicarle un post a la “controvertida” actriz Elsa Pataky. Esta estupendísima madrileña que comenzó su carrera en ese longevo culebrón para púberes en celo llamado Al salir de clase tiene la misma cantidad de fans acérrimos que de feroces detractores (mejor dicho, detractoras) repartidos por el mundo. Muchos años y varios retoques estéticos después, podemos decir que la Pataky se ha labrado una carrera cinematográfica más bien irregular (El arte de morir, Menos es más, Ninette, Romasanta, Serpientes en el avión, Santos…) y una lista de novios famosos como Adrien Brody, el piloto Fonsi Nieto o el humorista francés Michäel Youn. La guapísima moza también es un rostro habitual de saraos, entregas de premios, galas benéficas y desfiles de moda, donde siempre derrocha pijerío y elegancia.

La verdad es que Elsa está más de actualidad que nunca. Y, aunque parezca mentira, por motivos exclusivamente profesionales. En octubre estrenará la esperada Di Di Hollywood, a las órdenes de Bigas Luna, que narra las peripecias de una joven actriz llamada Diana Díaz que aspira a triunfar en Hollywood. La historia recuerda en parte a la vida de la propia Pataky. También está rodando en la Ciudad Condal la película Copito de Nieve (sí, sí, el título hace referencia al célebre gorila albino), en la que interpreta a una bruja y ha sido fichada por el mismísimo Woody Allen para el film Midnight in Paris. Dentro de unos meses comenzará la filmación de El capitán Trueno y el santo grial; la Pataky coincidirá con otro alumno aventajado de Al salir de clase, Sergio Peris-Mencheta, y se pondrá en la piel de Sigrid. ¿Qué otra actriz ha hecho de bruja en una producción familiar (acompañando a un gorila albino, ni más ni menos), ha trabajado para Woody Allen e interpretado a una heroína de cómic en un mismo año? Probablemente, ninguna.

También la vemos en los nuevos anuncios de la marca de cosméticos Vitesse, que no son, precisamente, el colmo de la originalidad publicitaria. Hablando en plata, tenemos Pataky hasta en la sopa.

Y a todo lo anterior añadir que tiene pendiente de estreno otras dos películas: Mr. Nice, al lado de Rhys Ifans, y Where the Road Meets the Sun. Lamentablemente, ninguna de ellas está llamada a ser un hit de la taquilla.

La última película que vi de esta chica fue Máncora, una road movie hispanoperuana bastante recomendable. Elsa era una de las protagonistas principales y la verdad es que ofrecía una interpretación más que digna. Vale, no es Meryl Streep, pero tampoco se merece ser víctima de tantas críticas y comentarios maliciosos. Ánimo Elsa, ¡yo te apoyo!

martes, 6 de julio de 2010

Greenberg, Ben Stiller se pone serio



De vez en cuando, los actores cómicos deciden aparcar su galería de gestos y tics y apostar por roles más serios y “profundos”. De paso, consiguen el beneplácito de la crítica especializada y llevarse prestigiosos premios que después exhibirán orgullosos en las vitrinas de su(s) casa(s). Hace unos años Eddie Murphy estuvo nominado al Oscar y se llevó un Globo de Oro por Dreamgirls y más recientemente, Sandra Bullock, una estrella más que familiarizada con la comedia romántica cursilona, ganó un Oscar por su papel dramático en The Blind Side. Ahora le toca el turno a Ben Stiller, ese actor enrollado y muy querido cuya filmografía se nutre en gran medida de súper taquilleras comedias “made in USA”. El film en cuestión se titula Greenberg, y aunque no es un dramón de kleenex, es infinitamente más serio e indie que Zoolander, Los padres de ella o Algo pasa con Mary. Su director y guionista es Noah Baumbach, realizador de películas como Margot y la boda y Una historia de Brooklyn. Baumbach está casado con la polifacética Jennifer Jason Leigh, que interpreta un papel secundario en Greenberg.

Stiller da vida a Roger Greenberg, un hombre ciertamente inestable que acaba de sufrir una crisis nerviosa. Un tipo peculiar y desaliñado, que escribe sin cesar cartas a entes como American Airlines o Starbucks para expresar sus variopintas quejas. Desde luego, dicho personaje no despertará la simpatía de los espectadores; más bien, todo lo contrario. Roger (un carpintero que pudo haber triunfado en la música) se traslada unos días a la casa de su hermano en Los Ángeles, mientras éste se va de vacaciones a Vietnam. Conocerá a la servicial y agradable asistenta, Florence, una joven corriente, con la que cualquiera podría identificarse. Ambos entablan una extraña relación llena de altibajos y dudas, muchas dudas.

En líneas generales podría decir que Greenberg me ha gustado. Pero que nadie se tome dicha frase como una recomendación en toda regla. Estamos ante una tragicomedia un tanto excéntrica, con sabor indie, en la que no pasan grandes cosas; una de esas películas que no agradan a todo el mundo y que jamás copará la lista de las más taquilleras del año. En el film se respira cierta nostalgia musical, ya que el protagonista defiende a ultranza emblemáticas canciones de décadas pasadas.

Es rarísimo, casi chocante, ver a Stiller en este tipo de papeles. El hombre ofrece una excelente y creíble interpretación, pero qué queréis que os diga, para mí su inconfundible rostro siempre irá ligado a la comedia sin pretensiones, género en el que se desenvuelve como pez en el agua. Es un comediante nato y lo prefiero en dicha faceta. A ningún director de casting en su sano juicio se le ocurriría contratar a Stiller para un drama de época o para un film basado en una novela de Shakespeare ¿verdad?
Junto a él destacan la hasta ahora desconocida Greta Gerwig, auténtica revelación de la película, y Rhys Ifans –inolvidable Spike de Notting Hill-, que interpreta a uno de los pocos amigos del complicado protagonista.

Conclusión: si te van los riesgos, no tienes el día para otro predecible “blockbuster” y te apetece ver a un Ben Stiller menos simpático que nunca, decántate por Greenberg.

La película se estrena el 16 de julio.

lunes, 28 de junio de 2010

Los malditos de la televisión yanqui

En Estados Unidos cancelan series de televisión como churros. Algunos actores parecen atraer la mala suerte, haciendo fracasar estrepitosamente todos los shows en los que participan. Lo que estos intérpretes “tocan” desaparece de la parrilla televisiva a la velocidad de la luz. Vamos, diciéndolo simple y llanamente, son gafes.

1. Lindsay Price. Esta exótica y pizpireta actriz debe haber sido víctima de un terrible mal de ojo. Su desparpajo y atractivo parecen no terminar de convencer a los televidentes estadounidenses. La chica comenzó a trabajar siendo una mocosa y saltó a la popularidad cuando se unió al elenco de Sensación de vivir en 1998. Sus siguientes incursiones televisivas han puesto de manifiesto que contratar a esta chica es un peligro. En 2003 le dieron uno de los papeles principales de la serie Coupling, basada en la serie británica del mismo nombre. Fue un fracaso total y estuvo en antena un mes. Un par de años después interpretó a la mejor amiga de Rebecca Romijn en Pepper Dennis, que sólo duró 13 episodios. Su papel más conocido fue el de la diseñadora de moda “fashion” Victory Ford en Mujeres de Manhattan. Basada en la novela de Candace Bushnell y protagonizada por Brooke Shields, a la serie no le fue mal del todo, pero fue desechada tras un año de emisión. En su último rol televisivo Lindsay ha vuelto a coincidir con la Romijn; se trata de Eastwick (está siendo emitida por Cosmopolitan en la actualidad), una divertida e inofensiva serie que gira en torno a tres brujas con ganas de dar caña al personal. Ha sido cancelada recientemente tras una temporada.

2. Grant Show. El motero que no se quitaba su chupa de cuero ni en verano y traía loca a la audiencia femenina en Melrose Place lleva más de diez años sin dar pie con bola. Es cierto que en los últimos tiempos ha trabajado con regularidad en la pequeña pantalla, sobre todo como actor invitado en series tan conocidas como Anatomía de Grey , Sin cita previa, A dos metros bajo tierra o Dirt, pero las tres series que ha protagonizado han durado menos que Paris Hilton en un mercadillo. Point Pleasant (2005-2006) era un drama sobrenatural más que pasable que desapareció de la programación prematuramente. Su siguiente serie, Swington (2008), tenía todas las papeletas para no sobrevivir más de una temporada, ya que tocaba temas que podían no gustar a la puritana sociedad norteamericana, como el intercambio de parejas. Desde aquí quiero hacer una recomendación al Sr. Show: “¡deja de mirar gatos negros!” Y es que, la última producción que ha protagonizado el hombre, la sitcom Casi sin querer (con Jenna Elfman), cuyo argumento recuerda sospechosamente a la sobrevalorada película de Judd Apatow Lío embarazoso, ha sido finiquitada tras una temporada. 3. Bonnie Somerville. Probablemente no tenga nombre de cotizada estrella, pero esta chica es guapa y posee mayor talento interpretativo que muchas de sus coetáneas. Esta neoyorquina llamó la atención de los espectadores estadounidenses con la serie Grosse Pointe, de Darren Star. Se trataba de una parodia de Sensación de vivir entretenida y ácida, pero sólo permaneció en antena durante una temporada. Lo mismo ocurrió con la sitcom In-Laws. Somerville también ha protagonizado otras dos series fracasadas: la divertida Kitchen Confidential, basada en la novela de Anthony Bourdain Confesiones de un chef y protagonizada por el ahora exitosísimo Bradley Cooper (Resacón en Las Vegas) y Cashmere Maffia, otro intento “fashion” de repetir el éxito de Sexo en Nueva York, con Lucy Liu. De todas maneras, Somerville cuenta con un extenso currículum, que incluye apariciones regulares en series emblemáticas como Friends, Policías de Nueva York y O.C. Esta rubia angelical también trabaja con asiduidad en la gran pantalla. 4. Alex O’Loughlin. Tal vez sea pronto para incluir al partenaire de Jennifer López en El Plan B en esta lista maldita, pero el australiano ha protagonizado en pocos años varias series fallidas. La primera de ellas, Moonlight giraba en torno a un vampiro “bueno” que ejercía de detective y se enamoraba de una mortal… Original ¿verdad? La serie consiguió muy buenas audiencias y fieles fans, pero no fueron suficientes para darle una segunda temporada. Después O’Loughlin encabezó el elenco de la serie hospitalaria Three Rivers, junto a Alfre Woodard. Un buen drama sobre trasplantes que no encontró su público y fue cancelado por la CBS tras una temporada. Aun así, parece que el chico no va a quedarse en paro próximamente: es el protagonista principal del remake de la serie policíaca Hawaii Five-O, que se estrenará a finales de 2010. Veremos.

lunes, 7 de junio de 2010

Sexo en Nueva York 2, ¿dónde quedó la esencia de la serie?


Érase una vez una serie fresca y divertida que rompía tabúes y mostraba el sexo desde el punto de vista femenino. Tras permanecer seis temporadas en antena, la serie concluyó, dejando desolados a millones de fans de todo el globo terráqueo. Un buen día, uno de los guionistas de la serie, Michael Patrick King, decidió plasmar en la gran pantalla las aventuras y desventuras de las cuatro neoyorquinas más pijas de la historia. Para sorpresa de los más escépticos, el film se convirtió en un éxito rotundo, recaudando millones a mansalva y situándose entre las más taquilleras de 2008. La llegada de una secuela parecía inevitable. Muchos nos echamos a temblar… ¡Y no nos equivocábamos!

Una vez más -y que conste que lo dice un fiel seguidor de la franquicia- vuelve a cumplirse aquello de que “segundas partes nunca fueron buenas”. Vale, la primera película no era Lawrence de Arabia, pero al menos tenía algo de enjundia y varios momentos memorables. La presencia de tanta marca en cada plano podía volver loco hasta al más “fashionista” de los espectadores y le sobraban dosis de azúcar; aún así, era un producto más que digno, sobre todo teniendo en cuenta la calidad de las predecibles comedias románticas actuales. Desde luego, como los tráilers hacían presagiar, esta secuela es peor que su antecesora, aunque seguramente provocará más carcajadas entre el público. Sexo en Nueva York 2 recurre a la risa más fácil, con un guión que parece escrito sobre la marcha y que poco tiene que ver con la serie original de la HBO.
Han pasado dos años desde la anterior incursión cinematográfica de las cuatro “chicas”. El matrimonio de Carrie (Sarah Jessica Parker) y Mr. Big (Chris Noth) parece estar perdiendo la chispa; Samantha (Kim Cattrall) lucha con uñas y dientes (y pastillas) contra la menopausia; Charlotte (Kristin Davis) se está volviendo loca con sus ruidosas hijas pequeñas y Miranda (Cynthia Nixon) está más que cansada de su trabajo como abogada. Un influyente jeque invita a Samantha a Abu Dabi con todos los gastos pagados para que disfrute de los encantos de los Emiratos Árabes; claro, como no podía ser de otra manera, la más ardiente del grupo invita al viaje a sus tres amigas del alma. Nuestras glamourosas chicas vivirán allí experiencias de lo más delirantes. Realmente la película podría haberse titulado Sexo en Abu Dabi, porque lo que es la Gran Manzana sale bien poco.

El personaje de Samantha –que naturalmente escandalizará a los abudabíes con su falta de inhibición- protagoniza la mayoría de los gags de la película. No en vano, el choque cultural entre Oriente y Occidente es uno de los temas de los que se nutre la cinta. La exuberante niñera de Charlotte también nos hace reír y Miranda se revela como la más vital de las cuatro. Hay que destacar, asimismo, la aparición de Aidan (John Corbett), el antiguo amor de Carrie, y cameos de Penélope Cruz, Miley Cyrus y Liza Minelli, que canta y baila en la boda de Stanford y Anthony con una sorprendente vitalidad (¿de verdad es ella?). Tampoco podemos olvidar los modelitos imposibles de Carrie & Co., que esta vez se pasan de castaño oscuro. ¿Y qué me dicen de la ropa que utilizan cuando están tranquilamente en su casa? ¿No tienen el típico chándal raído o la camiseta extra larga de publicidad?
Sexo en Nueva York 2 es una película dirigida a los fans de la franquicia, a los que hará ilusión volver a ver en la gran pantalla a Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall, mi adorada Kristin Davis y Cynthia Nixon repitiendo los papeles que las convirtieron en celebrities. Siguen estando estupendas, pero los primeros planos evidencian que los años no pasan en balde y si quieren hacer una tercera entrega, ya pueden darse prisa.

Un producto de marketing excesivamente vapuleado por la crítica con unos cuantos gags divertidos. Y marcas, muchas marcas. Así puede resumirse Sexo en Nueva York 2.

lunes, 31 de mayo de 2010

Legión, una fantasmada de mucho cuidado

Legión no es una de esas películas que acostumbre a ver en la gran pantalla. He de reconocer que no soy, precisamente, un apasionado del género fantástico. Pero, de vez en cuando, me decanto por una de esas superproducciones millonarias y potencialmente taquilleras que, mira tú por dónde, consiguen entretenerme y hacerme olvidar las preocupaciones del día a día. Y si la sesión va acompañada de un descomunal paquete de palomitas y coloridas chucherías con más azúcar que un episodio de La casa de la pradera, mejor que mejor.

Cualquier espectador medianamente cuerdo que haya leído la sinopsis de Legión habrá hecho, al menos, un gesto de sorpresa. El argumento tiene menos sentido que todas las películas de Lindsay Lohan y Hillary Duff juntas (ah, ¿qué eso era posible? Pues sí).

Dios pierde la fe en la Humanidad y envía a ángeles para que desaten la Apocalipsis y acaben con la raza humana. La única esperanza es el bebé que espera Charlie, una camarera con pocas aspiraciones que trabaja en una cafetería en medio de la nada. Esta cafetería de mala muerte (desde luego, yo no me pararía allí ni aunque hubiera bebido muuuuuuucha agua y…ya me entendéis) es el escenario central del film, donde Charlie y el resto de personajes principales (el dueño del tugurio, su hijo y su socio, una pareja cuyo coche se avería por el camino y su rebelde hija y un hombre con un pasado oscuro) deben hacer frente a todos los humanos poseídos por ángeles que desean acabar con la vida del bebé de la chica. A ellos se unirá el enigmático y poco dicharachero arcángel Michael, que no está dispuesto a cumplir las órdenes que le han sido dictadas.

La verdad, en el debut como realizador y guionista de Scott Stewart (muy curtido como creador de efectos visuales) nada parece tener sentido. Stewart ha elaborado -¿con esmero?- un plato combinado que incluye tiros y sangre por doquier, una galería de personajes que no destacan por su simpatía y un par de conversaciones que se pasan de trascendentales, al menos si tenemos en cuenta el tono general de la película. Desde luego, me quedo con dos escenas que demuestran que, una vez más, las apariencias engañan y que los personajes más “entrañables” pueden acabar arrancándote las “entrañas”. Los que la hayáis visto sabréis de sobra a qué me refiero.

Eso sí, Legión cuenta con un magnífico elenco de actores. El encargado de dar vida al arcángel Michael es Paul Bettany (Master and Commander, Una mente maravillosa, Wimbledon, El código Da Vinci), uno de los intérpretes más interesantes de su generación, que suele bordar los papeles de villano. Junto a él, destacan un avejentado Dennis Quaid, Lucas Black (A todo gas: Tokyo Race), Tyrese Gibson (muy curtido en el cine “palomitero”) y Kate Walsh (la doctora Addison de Anatomía de Grey y Sin cita previa).

Una película para pasar el rato, que sin duda no pasará a la historia del cine, pero que puede servir para entretener al personal.

lunes, 24 de mayo de 2010

Un ciudadano ejemplar, un thriller muy eficaz

Gerard Butler es probablemente el actor más "cool" del momento. Saltó a la fama como un súper-robusto Leónidas en 300, luego se puso sentimentaloide en Posdata: te quiero, sufrió las consecuencias de ser infiel en Chantaje, volvió a repartir candela a diestro y siniestro en Gamer y RocknRolla y protagonizó comedias románticas del montón como Exposados y La cruda realidad. Ahora, el intérprete escocés vuelve a nuestras pantallas con la cinta Un ciudadano ejemplar, de F. Gary Gray (The Italian Job), en la que se bate en un intenso duelo interpretativo con el oscarizado Jamie Foxx.

Butler encarna a Clyde Shelton, que durante la primera escena es “el ciudadano ejemplar” del título. Pero tras los primeros minutos de sosiego, un hecho estremecedor deja atónito hasta al más impasible de los espectadores: dos hombres irrumpen en la casa de la familia Shelton y asesinan brutalmente a la mujer e hija de Clyde. Ambos son detenidos, pero gracias a la mediación del fiscal del distrito (Jamie Foxx) y tras testificar contra su cómplice -que es condenado a muerte-, uno de ellos queda impune. Desolado, Shelton decide tomarse la justicia por su mano y vengarse de los criminales y aquellos que estuvieron involucrados en el caso.

Un ciudadano ejemplar es un thriller eficaz, de esos que mantienen al espectador en vilo de principio a fin. Durante algo más de 100 minutos asistimos a un espectáculo trepidante, lleno de sorpresas y muertes inesperadas. Alguna imagen grotesca asoma por la pantalla y en ciertos momentos el film puede resultar un tanto inverosímil; el personaje de Butler es “demasiado listo”, un ingeniero que inventa cachivaches y parece ser la reencarnación moderna de McGyver. Lo más interesante de Un ciudadano ejemplar es que podemos llegar a sentir empatía hacia Clyde, que se supone es el malo de la función. El fiscal interpretado por Foxx sigue el sistema y las normas preestablecidas, pero, a la hora de la verdad, suscita mucho menos interés que su antagonista. Ambos actores realizan interpretaciones notables, aunque es Butler quien pone toda la carne en el asador. El resto del elenco pasa bastante desapercibido: andan por ahí el entrañable Colm Meaney (Café irlandés), la guapa Leslie Bibb (de la serie Popular) o Regina Hall (vista en la saga de Scary Movie).
En resumidas cuentas, estamos ante una película entretenida, que nos hará reflexionar acerca de las lagunas del sistema judicial actual y preguntarnos aquello de “¿qué haría yo si me pasara algo así?”